Es muy cierto que para lograr un negocio exitoso se requiere organización. Dirigir, organizar, capacitar equipos de trabajo es una tarea que no es nada sencilla de cumplir. Pero, esta misma tarea trasladarla a un retailer de más de 100 metros cuadrados, miles o millones de productos y algunas decenas de colaboradores, ahora resulta intimidante.
Asimismo, quizá sea un factor subestimado para llevar a cabo buenas gestiones dentro de los retailers y estamos hablando de los códigos de barras.
Básicamente un código de barras es un código —valga la redundancia— que contiene líneas paralelas de distintos grosores y espaciado que en conjunto tienen información. De esta manera, se puede acceder rápidamente a datos específicos de un determinado artículo de forma única, global y no ambigua.
Su empleo puede verse en la transportación de mercadería, sistemas de paquetería, en la codificación de direcciones de Internet, en la industria farmacéutica. Pero para el sector retail el uso de estos códigos ha dado por varios años muchos beneficios —principalmente en la línea de cajas, los códigos de barras han permitido agilizar la lectura de los artículos en cajas y se han eludido errores de digitación— de los cuales podemos destacar los siguientes:
Beneficios del código de barras
- Conceden tener un rápido control del stock de los productos.
- De la misma manera, permiten tener referencias de productos vendidos en cada momento.
- Asimismo, con la ayuda de estos códigos el consumidor puede tener una relación de artículos adquiridos en el tiquet de compra lo que permite su comprobación y eventual reclamación.
- Por otro lado, dan la posibilidad de automatizar el registro y seguimiento de los productos.
- Y sobre todo, es una herramienta de etiquetado de bajo costo y con porcentajes bajos de error.
Otros usos de los códigos de barras los podemos ver en el control de inventario, calidad, embarques y recibos, facturación, rastreos de bienes transportados, entre otros.
