Los baños: reflejo de clasismo en las organizaciones

Omar Rangel / Posadas

Si algo es de resaltar a la vista en algunos baños de supermercados, empresas, oficinas e incluso escuelas, es cómo resguardan el papel higiénico con candado. Bien lo dijo un antiguo profesor: pareciera que lo más valioso de las organizaciones es el papel en lugar del personal o el equipo con el que trabajan.

Más allá del papel higiénico, los baños son el lugar perfecto para reflejar la esencia de una persona, o en este caso, la cultura organizacional del lugar donde laboras. El baño además de ser el espacio donde nos sentimos más vulnerables, su limpieza refleja los hábitos de higiene general en un individuo.

Baño para los jefes y baños para la borregada

Es común que en las instituciones haya baños separados para los altos mandos y para los obreros o personal de baja jerarquía.

Como es de obviarse, los baños de la alta gerencia están en perfecto estado: bien aseados, cuentan con jabón y papel higiénico, en algunos lados incluso cuentan con regaderas y hasta aromatizantes. Eso sí, el baño tiene la misma seguridad que una caja fuete: cerrado bajo llave para que nadie sin autorización se cuele a hacer sus necesidades fisiológicas.

Por el contrario, los baños para el resto del personal generalmente están en pésimo estado: poco aseados, inmobiliario roto, algunos sin jabón, las puertas de los sanitarios rotas de manera que no se tiene privacidad si se quiere hacer uso de él.

La pregunta del millón: ¿por qué no todos usan las mismas instalaciones? ¿Acaso el desperdicio de
unos tiene más valor que el de otros?

Gastos hormiga. De poquito en poquito se juntan los miles

En algunas compañías han tenido que colocar circuito cerrado en puntos estratégicos del área de vestidores y sanitarios para monitorear al personal que vandaliza la infraestructura, ya que, a pesar de no ser objetos onerosos comparados con otros materiales de la institución, a la larga representa una fuga de dinero innecesaria.

El tema de los baños en realidad es un asunto de educación, pero ¿quién debe proporcionarla?…

Educación + tiempo = Cultura

La educación formativa, es decir, aquella donde se reflejan los valores morales para conducirse de forma respetuosa con el prójimo tiene que venir de casa.

No obstante, el lugar donde laboramos suele ser como un segundo hogar por la cantidad de horas que pasamos ahí. En él compartimos responsabilidades con otros compañeros en las cuales nuestros hábitos y costumbres salen a relucir en la forma de ejecutarlas.

¿A cuántas personas conoces que dejan comida en el refrigerador de la oficina por días hasta que se echa a perder? Algunos otros son fanáticos por acumular basura en su espacio de trabajo y áreas comunes. Quizá batallas con algún compañero que no lava sus trastes y deja que se acumulen… Éstos son hábitos personales que pueden generar incomodidad en terceras personas por ser intrusivos.

Ergo, debe existir una responsabilidad de las instituciones para capacitar y formar a la gente que seleccionó para incorporarlos a sus filas representando sus valores institucionales.

¿Cómo deben educar las organizaciones a sus empleados?

A través de capacitaciones. No es una sugerencia, es obligación de las instituciones proporcionar capacitación para penetrar la filosofía de la organización en los empleados, incluso hasta en aspectos que pudieran ser insignificantes como el correcto uso de los sanitarios, en aras de mantener un ambiente laboral sano.

¿Es exagerado capacitar al personal en esta área? ¡Por supuesto!, pero a cuántos conoces que entran al sanitario y a pesar de haber agua no le bajan al retrete dejando el desperdicio a la vista; otros, pese a contar con botes de basura la echan fuera de; las mamparas o puertas de los sanitarios rayoneadas o destrozadas, lockers inservibles y un largo etcétera.

En muchos casos, las empresas simplemente dejan de reparar los desperfectos creados por personal poco civilizado. La tarea de Recursos Humanos es preparar a la gente a través de los medios adecuados para instruirlos conforme a los valores institucionales para convivir y sentirse bien en su lugar de trabajo. O bien, contratar consultores para penetrar la cultura organizacional en la plantilla.

¿Es justificado tener baños para empleados y otros para la alta gerencia?

No. Los sanitarios tienen un propósito: defecar y orinar. ¿No te gusta que tu personal sea poco aseado? Fórmalo con los valores de la empresa. Si es necesario sancionar a aquellos que no se sometan a las reglas, hazlo, la disciplina es parte del proceso. La higiene es la virtud más noble del ser humano, ¿por qué no cuidar ese lugar donde estamos más
vulnerables para sentirnos cómodos?

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