Amo lo que hago, desde preparatoria sabía lo que quería estudiar. Un trabajo escolar en la clase de lógica, que de lógica no tenía nada, cambió mi vida sin saberlo. Era un proyecto sobre “analizar” los anuncios de revistas y encontrar los mensajes subliminales. Tanta mentira dije al exponer que todos creíamos que era verdad, hasta el maestro. Con el paso de los años supe que todo lo que dije era solo intuición. Si a una imagen le quieres encontrar algo, se lo encuentras.
El punto es que expuse tan bien y me metí de lleno en esa tarea que mi profesor me hizo exponerlo a toda la generación. Así fue cómo decidí estudiar publicidad sin saber que la carrera existía como tal. Creo que mi primera búsqueda en Google fue: “Universidades de Publicidad” y apareció la Universidad de la Comunicación; ahí es donde todo empezó.
Me gusta mi profesión. Al iniciar mi la vida laboral, aun estudiando, se pensaba solo en tres medios, mientras que digital era algo muy nuevo. Antes la publicidad se centraba prácticamente en leer, ver y escuchar. Leíamos anuncios en revistas, veíamos un comercial en la televisión y escuchábamos anuncios en radio. El BTL empezaba a estar de moda.
Como todos sabemos digital ha crecido muchísimo. Tanto que ha cambiado drásticamente el negocio, el replanteo de modelo de las agencias y sin duda la competencia ha crecido. Eso está bien, ya que ésta te obliga a estar replanteando tu negocio, a mejorar y buscar dar más valor a tus clientes. La competencia no está solo entre agencias sino en las nuevas empresas que nacen cada día como las que nos “ayudan” hacer contenido.
Lo pongo entre comillas porque no nos ayudan, al contrario, nos está matando. Hoy conseguir un video o una imagen es tan fácil, basta buscarlo en Shutterstock, Getty, Istock, etc. Por una suscripción mensual tienes acceso a más de 750 imágenes al mes por menos de 5 mil pesos, compra de vídeos increíbles por menos de 100 dólares (hay más económicas y mucho más caras, inclusive gratis), pero pongo una media. Hoy producir no tiene ningún valor, hoy los clientes te dicen “no me gusta esa foto, búscame una de tal forma, con esta pose, que tenga un fondo de París y con personas que parezcan mexicanos”.
Encontrar una foto así siempre me da risa porque para los bancos de imágenes los “mexicanos” son asiáticos morenos. Querido cliente, querer tener una foto tan específica requiere producirla y no costará 50 dólares. Hay tantas opciones para encontrar imágenes que producir pierde valor. Siempre recomiendo a nuestros clientes no abusar de los bancos de imágenes en sus sitios, en su comunicación y en redes.
Está bien apoyarse para graficar, pero no usar siempre fotos de stock. No hay nada mejor que el contenido propio, toma más tiempo y dinero, pero al final es el valor que le dan a su marca. La tecnología hará que todo sea más rápido, más accesible, sin embargo, pone en riesgo la profesión de muchos profesionales, no solo para las agencias.
Productoras, fotógrafos, modelos, locutores, músicos (hoy ya puedes conseguir esa voz sexy británica para tu video institucional por unos cuántos dólares sin pagar derechos); son impresionantes los bancos de audio donde musicalizas tu vídeo por menos de 20 dólares. El punto al que voy es que la tecnología y el acceso tan fácil que se tiene a todo hace que la industria y cientos de profesiones estén en peligro. ¿Dónde está la solución? En las ideas. No importa cuánto avance la tecnología, el poder de una gran idea jamás podrá ser reemplazada, por eso debemos subirnos a la ola de la tecnología a través de una idea que lo cambie todo.
Te dejo un regalo a ti que me haces el favor de leerme y si eres millennial te vas a sorprender, si, así se hacía antes y pensarás, “pero, si con mi iPhone y un filtro lo hago en 5 minutos”.
La forma en cómo se hacía un anuncio “sencillo” en los 80´s. Publicidad artesanal. Me hubiera encantado dirigir mi agencia en esa época, pero sé que no es posible, así que me adapto y evoluciono día a día con las herramientas de hoy.