En la vida, como en el marketing, observar qué hacen los grandes para liderar su segmento, puede ser la diferencia entre permanecer en un nivel o saltar a otro. En el caso de la filosofía de Bill Gates, significaría conseguir el éxito.
De acuerdo con la revista Forbes, el magnate de Microsoft es el segundo millonario más rico del mundo con 111,000 millones de dólares, solo detrás del fundador de Amazon, Jeff Bezos, cuya fortuna es de 179,000 millones de dólares, y delante del tercer peldaño, Mark Zuckerberg, con una fortuna acumulada de 85,000 millones de dólares.
Pero más allá del dinero, Gates es exitoso en muchos sentidos, lo que inspira a millones de personas que lo consideran de un modelo. Para ello existen al menos siete claves a seguir.
Hacer más que decir. El magnate ha afirmado en eventos y entrevistas que trabajaba mucho para convertir su compañía en exitosa: “vivíamos y respirábamos software, solo nos deteníamos para comer y dormir un poco”.
Enfrentar los problemas. Desde su popular blog GatesNotes reveló que por medio de dos preguntas es que enfrenta sus problemas, no los acumula: “Desde que era adolescente, he abordado todos los grandes problemas nuevos de la misma manera: comenzando con dos preguntas. Usé esta técnica en Microsoft y todavía la uso hoy”.
Obedecer el instinto. Algunas veces parecerá que cambiar de rumbo en una empresa o de empleo no es la mejor decisión, pero con el tiempo el riesgo podría valer la pena: “tomamos buenas decisiones de negocios, como enfocar nuestros esfuerzos hacia el chip de Intel 8080, aunque en los primeros días no parecían tan buenas decisiones”.
Tomar bríos con la familia. Para el empresario es un ritual que cada fin de año se pregunta: ¿Dediqué suficiente tiempo a mi familia? o ¿desarrollé nuevas amistades y profundicé en las antiguas?.
Orientar todo hacia los clientes. Desde Gartner indican que 75 por ciento de las empresas registra que la satisfacción del cliente las ha conducido a crecer sus ingresos y la fidelidad de su marca. Esto mismo es lo que vio Gates: “Algunas veces prometíamos más a nuestros clientes de lo que cualquier otro podía ofrecer realmente. Para lograrlo nos quedábamos despiertos hasta más tarde y trabajábamos más fuerte”.
Atender las finanzas. El empresario siempre busca minimizar costos pero maximizar beneficios, por ello que evita desperdicios en cuanto a economía, algo que hace mucha falta en medio de la contingencia: “Hacemos todo lo posible para mantener una estructura delgada y eficiente, utilizando nuestros recursos de manera inteligente y evitando el desperdicio, gastos innecesarios como asientos de primera clase y hoteles caros”.
Adaptarse o morir. Sobre todo en medio de la contingencia es que queda claro que la adaptación a cualquier circunstancia, sobre todo las más difíciles son las que terminan por probar a los grande: “Las compañías fracasan por muchas razones. Algunas veces son administradas en forma deficiente, algunas veces simplemente no crean los productos que los clientes quieren. No obstante creo que el mayor asesino de una compañía, especialmente en las industrias de rápido cambio como la nuestra, es el rechazo a adaptarse al cambio”.
Te recomendamos: