De acuerdo con un estudio reciente de la OCDE, los belgas son los trabajadores que destinan un tanto por ciento más alto a los impuestos. Una persona soltera ingresa en su cuenta corriente solo el 44,7% de lo que en verdad le es transferido.
En cambio, si el trabajador está casado y tiene dos hijos, solo tienen que hacer frente a un 40,4 por ciento. En España, la presión fiscal es considerablemente menor, sobre todo en el caso de los solteros, que destinan un 39,6% frente al 33,8 de las familias.
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