Cualquier parecido con el siguiente ejemplo es mera coincidencia…
Por semanas e incluso meses has reportado en tu trabajo que necesitas una computadora nueva, que arreglen el aire acondicionado, una máquina nueva… vaya, algo que simplifique tus tareas y / o haga más cómoda tu estancia en la chamba, pero tristemente los jefes no te pelan. Salen con el típico comentario: “ahorita no hay dinero”, por lo que te resignas a seguir amolado.
Cierto día llegas a tu trabajo y te das cuenta que tus jefes, dueños de la empresa, tienen un nuevo auto (o te enteras que se fueron de vacaciones)…
Y como diría Tony El Gordo de los Simpson: “a ver, a ver, ¿qué pasó?”. ¿Pues no que no había lana? ¿De dónde salió para la nueva camioneta o las vacaciones?
Tu dinero, nuestro dinero y la delgada línea
Tranquilo viejo, existe una delgada línea entre todo el dinero que se mueve en los negocios. Una parte corresponde a la nómina; de ahí salen los pagos para todos los trabajadores. Existen partidas especiales para adquisiciones de insumos, eventos de fin de año, entre otras.
Sin embargo, los dueños del negocio también comen, pagan luz, agua y demás servicios básicos en su casa, ¿cierto? Es claro que tienen una retribución económica de su empresa, lo pueden manejar como un salario fijo, porcentaje de ingresos mensuales, etc.
Esto nos indica que tanto ellos como tú pueden hacer lo que mejor les convenga con su dinero. Si compran un auto nuevo o se lo gastan en ropa es su asunto, a ti no te debe importar, así como a ellos no les debe importar en qué gastas tu salario.
No se defiende lo indefendible
Existen aspectos trascendentales para que el negocio siga prosperando, por ejemplo contar con las herramientas / equipo necesario para sacar adelante la chamba.
Si ocupas una computadora nueva y te la han negado porque “ahorita no hay dinero” aunque ves al dueño con auto nuevo, es una señal para prender alarmas cuestionándote si estás trabajando en el lugar adecuado.
¡Estás solicitando una herramienta para desempeñar de mejor forma tu trabajo, no te están haciendo un favor personal!
Aunque los dueños de la empresa sí pueden hacer con su lana lo que quieran, también es cierto que tener un negocio es demandante. En ocasiones habrá que desembolsar varias millas de pesos en aras de mejorar las instalaciones, la infraestructura, equipos, software, antes que tener un auto nuevo.
Hasta la última gota
En la viña del Señor hay gente de todo tipo, algunos dadivosos y otros amarrados. ¿Has visto cómo algunas personas no cambian sus calzones aunque ya estén todos rotos y decolorados? Así también en la chamba hay dueños de negocios que no quieren renovar equipos o infraestructura porque “todavía sirven”.
Claro que renovar equipo y mobiliario no se hace con frecuencia y que implican gastos fuertes; sin embargo, también hay que admitir cuando algo ya no furula. Tener un equipo de trabajo o mobiliario viejo puede causar que el trabajo no salga en tiempo ni en forma, en ocasiones poner en peligro a las personas e incluso generar menos ingresos por no invertir en herramienta de trabajo nueva.
Conclusión
Cada quien sabe lo que hace con su lana o su negocio; no obstante, si los trabajadores expresan que necesitan herramientas de trabajo nuevas por algo lo dicen…
Empresa que no se preocupa ni por los aspectos laborales más básicos es para cuestionar la permanencia ahí.