Una de las tareas constantes de los profesionales de marketing es evaluar los resultados de las campañas. Se trata de una actividad que permite conocer el impacto de determinadas acciones que fueron planificadas con un conocimiento profundo del consumidor y sus demandas.
En términos muy básicos, el objetivo clave de las marcas es la completa satisfacción de sus consumidores, pero es posible definir esta satisfacción con el resultado de las ventas realizadas. Por una parte, es posible que algunos mercadólogos consideren que los resultados cuantitativos son un indicador de que el consumidor está obteniendo lo que busca (sobre todo) valor, visto que en caso de implementarse una campaña de promoción, además de consumir el producto, se obtiene un beneficio expresado en ahorro. Sin embargo, es posible que los objetivos financieros para otros profesionales no represente el significado de satisfacción de la compañía.
No obstante, es importante decir que los indicadores comerciales son esenciales al evaluar las tendencias económicas que impactan los objetivos financieros de la marca y, de esta manera, es posible comprender los cambios del comportamiento del consumidor, con la finalidad de mejorar la oferta y obtener su satisfacción entregando productos de calidad, precios accesibles y una oferta totalmente diferenciada de la competencia.
La satisfacción del consumidor no se mide a través de un indicador de ventas, sin duda, pero la evaluación de la cifra de ventas juega un papel importante en el entendimiento de la industria y el comportamiento del consumidor.
Especialistas señalan que la utilidad es el resultado de organizar el talento, los recursos y las herramientas orientadas a la operación de productos y servicios, con el propósito de que su valor y satisfacción al consumidor generen un valor monetario mayor que el costo monetario de los recursos utilizados.
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