Hace ya varias semanas escribí columnas relacionadas a las trampas del marketing en los Centros Comerciales y en el Supermercado. Esta vez, debido a la acogida que han tenido estos temas, hablaré sobre las trampas que existen en los restaurantes, lugares a los que concurrimos casi a diario.
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Si alguna vez te preguntaste ¿Por qué el mozo siempre nos pregunta primero por la bebida?, ¿Por qué las mesas más cómodas y bonitas son las que están pegadas a las ventanas?, a continuación podrás finalmente saber que estrategias usan los maestros cocineros para atraparnos en su restaurante.
Comencemos desde el ingreso al restaurante. Cuando estos están vacíos, el mozo o la anfitriona siempre te invita a tomar asiento en las mesas que están pegadas a la ventana, para que así de la impresión de que está lleno para incitar a los demás comensales a ingresar. Por esta misma razón es que los sitios más cómodos siempre están ubicados ahí, de modo que tú siempre prefieras esa ubicación.
Una vez sentado en la mesa, lo primero que te ofrece el mozo es una bebida en el afán de consumir más, y si es un trago o un vino, con mayor razón (por el precio). Si es el caso de un restaurante donde se ofrece buffet, por lo general te invitarán algún piqueo (pan al ajo por ejemplo) mientras haces o piensas tu pedido. El objetivo de este piqueo es restar espacio en tu estómago con algo sumamente barato como el pan o chips. Otra recomendación si vas a un buffet, nunca te detengas en los platos fríos y entradas, porque si no nunca llegarás a probar el tan aclamado plato de la casa.
Otro aspecto de los restaurantes, está relacionado con el Neuromarketing. Por lo general, los restaurantes colocan manteles rojos y esto porque un estudio determinó que el toque rojo es estimulante, excitante y hasta provoca apetito.
Si hablamos de los platos en sí nunca deben de ser grandes, ya que el tamaño del mismo agranda o achica la cantidad de comida que ponemos. En el caso de la pizza, los maestros pizzeros saben dónde colocar las 8 aceitunas; cuanto más cerca al centro lo coloque más chica se verá la pizza.
Por último, muchos restaurantes están poniendo más esfuerzos en su decoración y en una estrategia llamada Storytelling, en la cual el restaurante cuenta la historia de su creación para así venderle una experiencia al comensal o consumidor. De esta manera, lo que antes era un valor agregado, ahora es algo fundamental; quedando con menos peso el sabor y valor de la comida.