A raíz de la pandemia por el Covid que comenzó hace poco más de un año, algunas personas tuvieron el infortunio de perder su empleo debido a que varias plantas pararon operaciones y algunos otros negocios cerraron por semanas, generando desequilibrio en sus finanzas por lo que el recorte de personal no se hizo esperar.
Sin embargo, a pesar de perder el empleo los gastos no nos esperan. Tú y yo comemos diario, era necesario e indispensable seguir generando ingresos para cubrir por lo menos los gastos más básicos.
Por esta razón varias personas optaron por poner negocios y qué mejor canal que las redes sociales para hacer publicidad: gratuitas, con buen alcance (si se hacen buenas estrategias) y muy fáciles de usar. Pero déjame te cuento una anécdota…
Carta de presentación en blanco
Durante los meses álgidos de la pandemia recibí varias invitaciones en redes sociales para darles Me gusta a varias fanpage que amigos o conocidos habían creado para impulsar sus negocios. Por curiosidad me metía a sus páginas para saber de qué iban sus proyectos, qué servicios o productos ofrecían… ¡vaya, la información más básica!
Al dar clic en la pestaña de Información, un gran porcentaje de fanpage carecían de información. Cuando crearon la página no se preocuparon en lo más mínimo por llenar las casillas que por defecto ofrece la plataforma.
No venían horarios de atención, no había dirección de los establecimientos, no venía ni una descripción breve del negocio. Por las publicaciones se puede deducir alguna información aunque no toda.
Probablemente algunos de esos negocios no contaban instalaciones por lo cual sería absurdo poner esa información, pero… ¡¿y la demás información básica?!
Bebés muertos
Pasados unos meses me dio curiosidad saber cómo les iba a mis contactos y amigos con sus nuevos proyectos por lo que platicando con ellos y viendo sus redes sociales me llevé una gran sorpresa… muchos de ellos fracasaron.
Sus fanpage abandonadas. Sólo las habían usado un par de semanas, no le dieron continuidad a la generación de contenido ni al contacto con clientes o posibles clientes.
Una de dos… o encontraron un empleo y abandonaron su negocio, o de plano se desesperaron al no ver resultados rápidos. La primera posibilidad es entendible, la segunda inadmisible.
Inyecciones necesarias
Crear un negocio aunque sea virtual demanda mucho tiempo, ¿pero tiempo en qué? ¡Ah bueno!, de generar contenido para redes sociales, que se vea movimiento, que el producto/servicio tenga buen alcance, buscar la interacción con los clientes o prospectos a serlo.
El simple hecho de generar contenido consume bastante tiempo. Tú me podrás decir que para eso hay aplicaciones que facilitan el trabajo; no obstante, la calidad jamás será igual. Por ejemplo, un trabajo hecho en Canva será más sencillo y limitado a uno hecho con Photoshop o Illustrator.
Y antes de que te me vayas a la yugular, no digo que Canva sea malo, ¡por supuesto que es una herramienta que facilita el trabajo para alguien que no es diseñador! Aquí va a importar mucho la imagen que quieras proyectar de tu negocio.
Si quieres proyectar calidad y no sabes editar en programas profesionales, es otra inyección de tiempo para tomar cursos; o bien, inyección de lana en publicidad con un experto.
Sé creativo, sal del guacal
Se trata de usar un poco el sentido común. ¿Quiero que me negocio prospere? Entonces me voy a esmerar en proporcionar toda la información necesaria para que los clientes o posibles clientes tengan a la mano lo necesario para comparar, o bien provocar que se animen a comprar.
Busca nombres creativos, pegajosos. Usa colores llamativos sin rayar en lo ridículo o que canse la vista. Diseña un logo ingenioso, no te vayas a lo simplón cayendo en el montón de changarros iguales.
Y lo más importante… prepara café porque te van a esperar muchas horas de trabajo para hacer que tu bebé crezca.
