Hace una semana vino a la Ciudad de México Reed Hastings, dueño y fundador de Netflix ¿A qué vino? Pues no vino a apoyar ningún lanzamiento de una serie o algún producto audiovisual de la marca digital de streaming. Viajó para un tour de medios corporativos y de negocio, esto declaró a el periódico El Universal y se publicó el 6 de septiembre de 2019:
“Estamos invirtiendo muchísimo en muchos países pero particularmente estamos invirtiendo más o menos 200 millones para el siguiente año para generar contenidos en México…para compartirlos con el resto del mundo, como la película Roma.”
No es ninguna casualidad su visita a México, nuestro país está con seguridad entre los 10 países que más consumen contenidos para Netflix. Existen algunas estadísticas no oficiales que calculan entre 8 y 10 millones (Netflix tiene prohibido divulgar estas cifras de manera local) los suscriptores mexicanos de la marca de streaming. Si hacemos la multiplicación de 8 millones por 100 pesos mensuales promedio de la suscripción, nos dan cerca de 800 mil millones de pesos al mes que factura con clientes mexicanos. Nada despreciables y por supuesto, es muy probable que no declaren nada en hacienda de estos ingresos desde que llagaron a nuestro país. Hay muchas marcas digitales que están en la misma posición, Rappi, Airbnb, Uber, Didi, etc. que vivían hasta esta semana en una especie de paraíso fiscal digital mexicano. Nadie se preguntaba si declaraban sus utilidades y facturación a las leyes fiscales locales o informaban a la autoridad mexicana. Su argumento es que su casa matriz era extranjera y que por lo mismo no estaban obligados.
La semana pasada el (Servicio de Administración Tributaria) de la Secretaría de Hacienda, empezó a hacer cabildeo en medios de negocios nacionales, donde declaraba que estaba pensando de forma innovadora y sin precedentes, regular y comenzar a cobrar impuestos a las marcas y aplicaciones digitales. Dieron una cifra un poco al aire y declararon que con probabilidad hay un mercado tributario de cerca de 4 mil millones de pesos en impuestos a cobrar a este nuevo sector. Si dividimos este monto entre 20 para convertirlos en dólares, son 200 millones. Sí, la misma cifra que declaró Reed, el dueño de Netflix como inversión en México en 2019. Interesante. La estrategia fiscal del SAT me perece innovadora, interesante y justa. Aquí las marcas digitales tienen un gran reto que será cómo comunican esto a sus clientes. Si responden de forma tradicional pasando el costo de pagar impuestos en México directo a los precios que dan a sus clientes con un castigo incremento, será desafortunado. Los clientes, de ninguna manera tenemos por qué absorber el costo de que las empresas digitales paguen o no paguen impuestos. Y por su parte la secretaría de Hacienda tiene que modernizar su visión del nuevo mercado de las marcas de economía compartida y ser verdaderamente un arbitro, justo, imparcial y equitativo para que todo fluya correctamente y tampoco espanten los inversionistas extranjeros que son atraídos por el mercado mexicano.
Si no cambian los gobiernos, el mercado fluirá con mucha dificultad, la economía no crecerá pero también las marcas tienen que ser más justas y transparentes, congruentes y equitativas con sus clientes. Se vale ganar y facturar mucho, también es justo pagar impuestos en el país que detona tus mercados más importantes. Para generar riqueza y bienestar en los que te compran. En la comunidad de tus clientes ¿Es justo o no, qué opinas tú?
