La industria minorista de Estados Unidos ha enfrentado en los últimos años distintos retos desde el llamado “Apocalypse Retail” hasta la guerra comercial del mercado estadounidense con China.
Las franquicias han sido un sector un sector que ha librado varios golpes de estos acontecimientos, y además es uno de los sectores que ha registrado un crecimiento continuo en los últimos años.
De acuerdo con el reporte “Franchise Business Economic Outlook for 2018” de International Franchise Association, el mercado estadounidense registró 759,236 establecimientos bajo el formato de franquicia, cifra que representa un crecimiento de 1.9 por ciento, respecto al año anterior. En suma, el empleo aumentó un 3.7 por ciento, y se estima que el sector contribuyó con un 3 por ciento al Producto Interno Bruto de Estados Unidos.
La reforma fiscal que entró en vigor en enero de este año, una iniciativa del presidente Donald Trump, según reportes permitió el crecimiento de este sector, a través de la reducción de impuestos a las empresas estadounidenses, el cual pasó de 35 a 21 por ciento.
No obstante, esto también implicó en que el gobierno de Estados Unidos dejará de recaudar alrededor de mil millones de dólares durante los próximos 10 años, según especialistas.
Después de todo, un grupo de minoristas estadounidenses recuperan su fuerza, en un entorno que exige nuevas estrategias comerciales para alcanzar un mejor posicionamiento en un sector que carga con altas expectativas del consumidor.
El reporte 2018 Franchising Trends and What Lies Ahead for 2019 de Frandata, señala que en los próximos años estaremos viendo conceptos de tienda totalmente innovadores, siendo este factor el principal motor de crecimiento. Una de las predicciones sobre este sector es que las franquicias adoptaran cada vez un enfoque estratégico hacia las entregas online, generando que las empresas del sector se vuelvan más colaborativas con el propósito de satisfacer las expectativas y demandas del cliente.
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