La ansiedad social, que no no es lo mismo que introversión, nos miente de dos formas muy claras. La ansiedad social es el miedo a la interacción social, no a la motivación de buscarla, y por ello, se puede controlar.
Mentira #1: Peor escenario
La ansiedad social nos hace creer que el peor escenario va a suceder. En realidad, el peor escenario no sucede. Si imaginamos el peor escenario a detalle lo podemos refutar con argumentos un poco más realistas. Por ejemplo, “si voy a la fiesta y no conozco a nadie, voy a hacer el ridículo y van a pensar que soy un perdedor”. ¿Toda la gente de la fiesta se conocen entre ellos? ¿Serás el único? ¿Tienes que conocer a todos? ¿Qué significa ser perdedor? ¿Realmente eso es hacer el ridículo?
Mentira #2: Ante el peor escenario, no lo voy a poder controlar
En realidad sí puedes manejar una situación aunque sucediera el peor escenario, porque la gente tiende a ser más amable y menos amenazante de lo que uno cree. Es increíble la capacidad que tenemos para manejar situaciones adversas, que aunque sean vergonzosas, para varios les provocará ternura.
Ante estas dos mentiras, la gente evita situaciones, gente, conversaciones, interacciones porque se ha creído estas mentiras. La mejor manera de combatir estas mentiras es enfrentándolas y salir al mundo a practicarlas. Solo ahí nos damos cuenta que el mundo es menos abrasivo de lo que creemos y que al interactuar con otros humanos, todos, indiscutiblemente todos, nos enfrentamos a miedos y que podemos manejarlos mejor de lo que creemos.
Gabriela Romo es psicóloga, trabaja con la comunidad latina en Estados Unidos y tiene un programa de radio semanal en radio América 900 sobre salud mental. Síguela en Facebook (Gabriela Romo), Twitter (@gabrielaromo26) o envía un email con temas que te interesen a gaby@gabrielaromo.com