Cuántas veces hemos visto a las promotoras y promotores acercarse a los shoppers en un retailer para ofrecerle prueba de producto. Es una escena clásica que no pasa de moda, pues la degustación funge como un arma de promoción bastante exitosa.
Sin embargo, esta técnica no es exclusiva de los puntos de venta. Hoy día, la degustación también se da en las calles. No el sampling como tal, sino meras pruebas de productos comestibles, como helado o pan.
Hay quienes esta acción de invitar a los transeúntes a probar un alimento se les da muy bien y otros a los que no. Una deficiencia clara es sólo extender la mano y repartir al por mayor, pero no acompañar este acto con información útil, con la explicación de qué es lo que la gente está probando y un argumento claro y sencillo que convenza al otro de entrar a la tienda.
Veamos un caso:
En el corredor Madero, que se ubica en el centro de la Ciudad de México, se halla una gran diversidad de tiendas Una de ellas es Maison Kayser. Si bien, el punto de venta destaca porque afuera un par de promotores invitan a los transeúntes a probar diferentes variedades de pan.
Además de la prueba, los promotores se dan a la tarea de informar en qué consiste el concepto de la marca, de dónde viene, cómo está hecho el pan y qué otros productos se encuentran en la tienda.
Un dato importante es que la vestimenta de los promotores abona a la estrategia de degustación, ya que portan una casaca de chef y su comunicación no verbal al final del día denota la identidad de la marca.
En síntesis, para tener una degustación exitosa en calle hay que:
1) Identificar al target
2) Ser abiertos en la comunicación y en el abordaje
3) No ser “chorero”, o te dejarán con el plato en la mano
4) Buscar retroalimentación del que prueba
5) Invitar a conocer la marca de una manera empática
Fotos: Dafne Munguía