Una parte importante de los eventos de marca es nada menos que la convocatoria, pues invitar a un acontecimiento de este estilo no implica sólo mandar invitaciones al por mayor, con tal de que el lugar se llene. Agencias: que no quepa uno más no significa que la chamba esté hecha.
Antes de llegar a este punto debe analizarse qué tipo de evento es y para qué se va a convocar. Dependiendo de los objetivos del cliente es como se hace una selección de los invitados, pues de nada sirve tener la casa llena si no te van a publicar o si los medios donde va a salir tu cliente no corresponde con el target de la marca.
Hoy día, parece que los blogueros tienen pase directo, pues se cree que como buenos líderes de opinión maximizarán el mensaje de la marca.
En efecto, hay blogueros que pueden ser embajadores de la marca y traerle una buena dosis de awareness, y en ocasiones se toman en cuenta como un importante artefacto de mercadotecnia.
No obstante, también es cierto que pocas veces se confía en la influencia real de los blogueros, pese a la disposición que muchas veces tienen para trabajar a la par con las marcas, así lo demostró un estudio realizado por la agencia consultora Hill+Knowlton Strategies en el que sólo el 13% de los blogueros dijo que no trabajarían efectivamente con las marcas.
El estudio publicado en la revista PR Week analizó a 350 mamás blogueras y se descubrió que el 71% de ellas están en convivencia con al menos 20 marcas a la semana, aunque no siempre publican algo respecto de la marca.
Entre los hallazgos se encuentra que el 90% de las mamás blogueras coincidió en que están dispuestas a publicar contenido de las marcas, sólo si éstas se acercan a ellas apropiadamente. No es un secreto que las blogueras son diferentes que los periodistas, ya que el objetivo de la información no es el mismo.
Al final de cuentas la relevancia del contenido es indispensable para generar engagement y acercarse de una manera específica, dirigida y bien informada a la audiencia. No obstante, volvemos al punto del principio, siempre hay que saber a quién invitar a la pachanga.
