Tal como en las acciones militares, el Marketing de Guerra cuenta con una serie de estrategias que deberán utilizarse según la situación y posición de las marcas.
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La mejor forma de saber qué estrategia utilizar es colocar a la empresa, producto o servicio en el cuadrante correcto y conocer la ubicación de la competencia. La objetividad es de vital importancia para conocer con mayor precisión nuestro lugar en el mercado.
Según Jack Trout, propietario de Trout & Partners y pionero de la teoría de la guerra, existen cuatro estrategias dentro del Marketing de Guerra:
1.- Guerra a la defensiva
2.- Guerra a la ofensiva
3.- Guerra de flanqueo
4.- Guerra de guerrillas
El error más común es no dimensionar correctamente la fuerza de la marca y sentirse superior lo que lleva a elegir la estrategia equivocada, ó subestimar el propio desempeño y lanzar ataques tibios.
Por ejemplo, la marca líder debe defender el sector y no dejar ningún resquicio que le de oportunidad de entrar a la competencia, por otro lado si la marca ocupa el segundo o tercer puesto del mercado debe lanzarse al ataque en busca de los puntos débiles del líder.
El verdadero reto es saber cuándo defender, cuándo atacar frontalmente, cuándo atacar por los flancos y cuándo atacar y correr.