Desde hace aproximadamente un año, los internautas latinoamericanos padecemos el embate de una campaña agresiva de instituciones crediticias, esto en dos vertientes muy visibles: Tarjetas de crédito blando (menos de 30 mil pesos) y, las más peligrosas, empresas desconocidas de préstamo inmediato de hasta 50 mil pesos.
El contexto no ayuda a actuar con prudencia pues, según datos de la Secretaría de Economía, entre 2020 e inicios de 2022 se perdieron cerca de un millón de empleos formales. Si imaginamos que más de la mitad de estos trabajos eran ejecutados por jefes de familia, entenderemos que la situación se puso drástica para muchas familias mexicanas.
Hace dos semanas me di a la tarea de contar los anuncios en mi muro de Facebook durante una hora. No soy mucho de esa red social, por lo que soy atípico para el algoritmo, no obstante pude contar más de 150 marcas comerciales… ¡con más de 60 posts invitándome a que contraiga deuda!
Detecto que NU, Klar y Baubap son, entre otros, los plásticos que tienen soporte bancario oficial no visible, mientras las otras… las otras… digamos que te resuelven en una llamada de tres minutos y sólo te piden tu identificación oficial y comprobante de domicilio. No me animo a poner nombres; de tan dudosa procedencia son.
Sabemos que en una emergencia somos capaces de venderle el alma al diablo, precisamente por eso quiero reproducir el comentario de un amigo, alto directivo en una institución de servicios financieros, con respecto a esta oferta digital de préstamos: “Son empresas sudamericanas con las que hay que tener mucho cuidado; te capitalizan para amarrarte con los intereses, su meta no es que liquides tu deuda, sino exprimirte y, a veces, hasta mediante amenazas. Aguas con la extorsión.”
Lectora, lector, conmino a que estos primeros meses del 2023 nos pongamos en alerta en este tema, en especial porque no se imaginan la cantidad de personas distraídas que siguen cayendo en el phishing, pharming y demás mecanismos fraudulentos surgidos a partir de la bendita web y sus derivaciones.
Ni modo, mi Casio edición Piqué hoy tendrá que esperar. Claramente.
