A partir del 7 de octubre de este año, fecha del ataque de la célula armada palestina Hamás a objetivos israelíes, todos los internautas hemos tenido la oportunidad de ver en tiempo real la respuesta de las Fuerzas de Defensa de Israel. No especularé desde un ángulo geopolítico, militar o económico; me concentraré en los efectos mediáticos digitales de esta conflagración.
Lo primero a señalar es la tremenda cantidad de opinadores que saltaron en todas las plataformas y redes sociales, pero lo segunda y nodal es de dónde recibieron esa información de la que deriva sus posturas, todas válidas, aunque no todas trascendentales.
Más allá de lo obvio, es decir, que unos critican a los otros y viceversa, es importante notar la cantidad de información falsa, tendenciosa que se ha manejado para trastocar la opinión pública, con un éxito calculado en 30% según Julián Macías Tovar, especialista español en redes sociales. De fenómenos como éste se desprende el concepto de posverdad en el que, sea realidad o no, una persona considera verdadero lo que cree verdadero, apoyándose en esta información espuria.
Mientras el mundo occidental tiene su filtro mediático en Atlas Network, empresa norteamericana que parece controlar el contenido digital en LATAM, su contraparte árabe, Al Jazeera, es el ojo avisor que supervisa las tendencias en redes, entonces… ¿qué tan libre es la opinión pública digital?
Finalmente, quiero mencionar un efecto que le fascina a los dueños de medios tanto tradicionales como digitales: La efervescencia de la guerra. Las conflagraciones venden, sean reales o no, por eso en 7 años hemos vivido cuatro falsas amenazas de guerra mundial: Trump/Kim Jong-un, EU/China, Ucrania/Rusia y ahora, en tendencia en hashtags, Israel/Palestina.
Mi tía Chayo no para de rezar por la paz mientras se chuta, de nuevo, el resumen de los bombardeos. Por ejemplo.
Espero de corazón que la mayor parte de lo que he leído acerca de este tema sea mentira, deseo que sean fakenews para vender mientras nos entretienen, pero lo que más deseo es que lleguen a un acuerdo ambos pueblos para que no haya más seres humanos agraviados.
Porfas, no consuman guerra.
Tw: @48grados2
