Para fabricar un producto se necesita hacer un desembolso; el costo marginal es la inversión requerida para crear un producto o servicio adicional.
De ahí que la producción en serie es un método para disminuir el costo marginal.
Cuando se trata de productos físicos o servicios, podemos reducirlo para ser más competitivos y obtener mayores ganancias; Sin embargo, no es posible tener un costo cero cuando se fabrican productos físicos.
Con la llegada de internet de alta velocidad y tecnologías como el cómputo en la nube con las que podemos tener acceso a servidores y almacenamiento sin tener que adquirir el equipo; nos ha permitido que prácticamente cualquier persona pueda hacer alguna actividad profesional y venderla con un costo marginal muy cercano a cero.
El mejor ejemplo de ello son los tutoriales, ya sean en YouTube, que son gratuitos; hoy podemos encontrar explicaciones paso a paso, en video de temas que van desde cómo abrir un frasco, aprender un idioma, hacer un sitio web o reparar tu auto.
Es posible producirlos a muy bajo costo, sólo es necesario tener acceso a Internet, un celular y una idea. Incluso si los videos ocupan mayor producción o edición, el costo marginal tiende a ser nulo.
En internet, el producto se puede hacer una vez y venderse de forma ilimitada sin costo adicional.
Sólo necesitamos buscarlo y reproducirlo nuevamente.
Sí hablamos de música o películas, el costo mayor es crearla, pero para venderla, se usan formatos digitales que tienen un costo muy bajo y se transfieren fácilmente.
Anteriormente, para poder grabar un disco o crear una película, se requería de equipo profesional; posteriormente para promocionarla y distribuirla también hacía falta mucho dinero.
Hoy es asequible hacer una película o grabar música con casi cualquier celular, subirla a internet, promocionarla y distribuirla de forma electrónica. Con el primer producto, las copias subsecuentes ya no tienen costo.
Esto es una ventaja pero también un reto.
Se hace factible que cualquiera creé contenido, escriba un libro o grabe una canción y la ofrezca.
El problema es que se satura el mercado y no hay un control de calidad o veracidad para lo que se crea.
Con tal cantidad de contenido, ahora lo complicado es decidir cuál queremos.
Otro inconveniente es que se diluye el valor del conocimiento especializado, los precios disminuyen.
Si queremos hacer alguna reparación, primero buscamos un tutorial y lo hacemos nosotros mismos, ya no buscamos a un especialista, al menos no es como primera opción.
El contenido gratuito nos inunda, para aprender a programar, idiomas, a reparar tu computadora, todo esta ahí.
Esta propensión hacia actividades como servicio es lo que estamos viviendo, ya sólo pagamos por lo que usemos, cuando haga falta; trastornando la forma tradicional de ganar dinero y teniendo más competencia por todas partes.
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