Con niveles muy bajos de aprobación de su gobierno, Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, ha realizado durante el primer año de su mandato una serie de acciones que no sólo son polémicas (como aceptar a Jerusalén como capital de Israel), sino también contradictorias a lo que proponía en campaña (basta recordar sus declaraciones previas a las elecciones presidenciales en las que hablaba mal sobre la OTAN). La mayoría de sus proposiciones que había hecho simplemente no han visto la luz, con excepción de la reforma fiscal, la cual no sólo tendría un impacto en su nación, sino que también repercutiría en México, tal como te explicaremos en las siguientes líneas.
¿De qué va la reforma fiscal de Donald Trump?
Medios como El Financiero, El Economista y El Sol de México explican básicamente lo mismo. La reforma fiscal, considerada como la mayor que se ha hecho desde hace 30 años, consiste en la reducción de impuestos para empresas, los cuales bajarían de 35% a 20%, en la disminución de la escala impositiva para personas físicas y en el cambio de reglas impositivas para compañías de esta nación que se encuentra en el extranjero. La medida tiene dos finalidades: la primera es atraer a Estados Unidos la inversión tanto nacional como extranjera; la segunda es que busca ser una victoria política para el mandatario.
El punto fuerte de la reforma fiscal es la reducción del impuestos, lo cual implicaría un recorte importante de hasta 14 billones de dólares, según detalla El Financiero, los cuales esperan sean recuperados por un crecimiento en el Producto Interno Bruto norteamericano. Sin embargo, hay mucha incertidumbre al respecto.
¿Cómo afecta la reforma fiscal de Trump a México?
Como menciona El Sol de México, lo que se espera conseguir con la reforma fiscal de Trump es aumentar su competitividad para atraer a más empresas extranjeras y nacionales. Lo cual haría, en teoría, que muchas compañías que dejen de invertir en México y busquen hacerlo en Estados Unidos.
Sin embargo, este medio sostiene que si bien habrá un recorte importante a los impuestos federales, no se están considerando los gravámenes estatales, cuyas sumas dan casi el mismo resultado de los que se manejan en México para las empresas, que son de un 30%. También comenta que la tasa efectivamente pagada en EEUU es de 18.6%, en tanto que en México es de tan sólo 11.9%. En conclusión, la nación mexicana seguiría siendo más competitiva que su vecino del norte.
Empero, en El Financiero se comenta que si en Estados Unidos hay un crecimiento, es probable que en México también lo haya; sin embargo, tendrá que también hacer adecuaciones fiscales importantes.