Si de lo que se trata es de construir una experiencia y adoptar una visión omnicanal del negocio, la realidad virtual parece ser una vía que muchas marcas más temprano que tarde adoptarán. La última frontera además de vivir experiencias únicas deslocalizados gracias a la inmersión sería, sin duda, la compra-venta en este formato.
Si la tecnología avanza y las predicciones se cumplen, faltará poco para ir de compras en Omotesandō en Tokio o Via della Spiga en Milán sin salir de la cama. Visitar los grandes templos del retail de París y las mejores “concept stores” de moda con amigos e interactuar con la marca.
Estaríamos al frente de un cambio de paradigma sobre cómo compramos y por qué nos aproximamos a lo que el profesor Jean-Nöel Kapferer llama el “sistema de recompensas moderno”, siendo el lujo y el diseño los primeros de la lista.
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