Se quedó como perdido y devaluado en el terreno de juego. Su juego y talento no fue suficiente para dar el resto en el partido, pues su equipo no le respondió.
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Si Lionel Messi, bailara tango lo bailaría solo dentro de la selección argentina. Decidió basar las ganancias de su equipo en la promoción de su talento personal y no bastó. Cuando él no pudo brillar lo suficiente, la estrella argentina se apagó.
Messi podría convertirse en el caso de Personal branding más raro: ganador en los torneos europeos de prácticamente todo; pero que cuando tuvo la oportunidad de dejar atrás el mítico producto de Diego Armando Maradona, se quedó lejos de alcanzarlo. Podría ser éste el último Mundial en el que Messi tenga oportunidad no de brillar, sino de jugar.
“La Pulga” se extravió y se le vio solitario. La experiencia de compra del producto Messi, en la final contra Alemania resultó de un Branding emocional desolador para sus fans.
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