Un producto tiene que comunicar los valores de su marca a través de su empaque. Es una de las formas más sutiles de comunicación que tienen las marcas con los consumidores en el punto de venta. Gracias al packaging los consumidores pueden conocer los beneficios o ventajas que ofrece un determinado producto.
Otro elemento importante de la comunicación en el punto de venta se encuentra en los promotores. Su participación es indispensable porque ellos se encargarán de explicar claramente las características del producto; sin embargo, muchos promotores pecan de no prepararse antes de una activación de marca.
Si el promotor no cuenta con la información necesaria no se puede persuadir de manera correcta al consumidor y, por tanto, su decisión de compra no se verá afectada. Cabe señalar qué la labor de la promotoría es incentivar la compra de los productos, sea durante un activación de marca, un evento o cualquier actividad BTL realizada dentro o fuera del punto de venta.
Sin embargo, los costos de llevar a cabo una activación en el punto de venta de un retailer puede superar el presupuesto de una marca. Por tanto, el packaging debe comunicar por sí mismo lo que realmente le importa al consumidor.
De tal manera, factores como: la etiqueta el color y las formas. Son elementos que se deben analizar cuidadosamente porque, básicamente, su función es comunicar el mensaje objetivo de la marca, y que, sin duda, será marcará el diferenciador del producto en el punto de venta.
Recordemos que las marcas tienen una ventaja competitiva en comparación con las marcas blancas. Por tanto, se debe aprovechar esta capacidad.
Al final, la promotoría debe complementar las actividades de marketing que se realicen en el punto de venta. No obstante, su mayor valor se encuentra en la oportunidad de influir en la decisión de compra del consumidor. Incluso, logrando hacerles cambiar de opinión, si es que llegarán a tener un prejuicio o una idea incorrecta sobre el producto exhibido.