Realmente la era de la posmodernidad terminó hace algunos años pero estamos en sus finales o cierre de época. En los últimos retazos. Lo que nos sobra de la posmodernidad.
Es imprescindible para cualquier agente de la mercadotecnia entender en qué época, etapa o movimiento se vive para así comunicar mejor las ideas y ejercer las acciones de la mercadotecnia masiva o de nicho. Esto porque es un contexto muy importante que rodea a los clientes, a los hombres y mujeres de cada era. Son programaciones culturales, tecnológicas y antropológicas. Temas de vida. Y lo que realmente nos rodea. Lo que nos influye.
La era moderna contempla en la historia de la humanidad desde que se inventó la imprenta moderna -Por Johannes Gutenberg, en 1440- hasta los años sesenta en el siglo XX. Después de esto y hasta cerca de los años noventa se dibuja la era posmoderna, donde todavía estamos oficialmente. Es algo así como la era después de la modernidad. Lo moderno después de lo moderno. Y así es como empieza la historia de nuestro vacío existencial imparable, incontenible y potenciado por la vida digital.
-¿Qué es el vacío o Maletre?- me pregunta un cliente en una reunión de trabajo. – Es lo demasiado de todo- Le respondo, riéndome. Es un gran lugar común. Después de la podmodernidad hemos tenido tanto de todo que estamos vacíos de todo. Por lo mismo, los clientes nos comportamos como nos comportamos. Compro, soy mi yo digital y luego existo. Así son las cosas desde hace 25 años. Estamos en pleno, saliendo de la posmodernidad para entrar a la era de la posverdad -La verdad después de la verdad, el vacío y el enojo social- y el neo conservadurismo -Tan hartos de todos los excesos que reculamos al origen-. De hecho, los centennials serán más conservadores que todos nosotros. Ya están un poco hartos de la vida digital y apenas tienen como mucho 20 años.
Por todo esto me explico que pase lo que pase. Que un senador de la república a través de un chat en WhatsApp negocie o presuma la compra de servicios sexuales o haga bromas misóginas sobre la foto sexy de una chica centennial –Fer Moreno de 20 años- tomada desde su cuenta de Instagram. Si es una sexo servidora o no qué importa, mal porque nuestros senadores en su horario de trabajo se dedican a comprar sexo, ósea fomentan la trata o ejercen la discriminación de género en los teléfonos celulares que pagan con nuestros impuestos. Como sea, todo está mal. Cualquier situación, aunque nunca sabremos la verdad, está mal. Es un país, nuestro país pero también es el vacío existencial en su plenitud. Es tan sólo la punta del iceberg, pero el reflejo de lo que somos actualmente. Quizá lo que me parece más triste es que esta chica que salió involucrada con su foto -en formato de sexy selfie- Es actualmente lapidada digitalmente en sus cuentas de redes sociales, con insultos y faltas de respeto, ¿Por qué somos así como somos? Muy sencillo. Somos clientes posmodernos, dentro de la realidad de la realidades. Dentro de nuestro Yo Digital. No sé si reírme o llorar. Pero no es algo malo ni bueno. Lo es. Y es el mundo en el que viven nuestros clientes. Por eso compran nuestros productos, nuestros servicios y están tan hambrientos de experiencias autenticas y offline. Y así serán todos los días de nuestras vidas a partir de hoy.