Por:Â Alfonso de Alba
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Hoy empiezo el texto citando una analogía-reflexión de David Siteman: “Cuántos de nosotros hemos visto en la calle a una pareja caminando, tomada de la mano, en donde la mujer parece una modelo y el hombre es algo parecido al tío cosa o al cochiloco.
Seguramente les ha tocado verlo. Ahora, cuando vemos esta situación, ya sea acompañado o en nuestra mente decimos: “Ese cuate seguramente ha de tener mucha personalidad”. ¿Por qué? Porque la personalidad cuenta, en la vida personal y también cuando hablamos de una marca.
La marca nace con una personalidad, generalmente empieza apropiándose de la de su creador (Microsoft, Apple, Virgin, Televisa, etc.), después va desarrollando la propia. Lo importante aquí es que la definamos desde un principio, y todas las acciones, experiencias, servicios y productos se fundamenten en esa personalidad.
Nosotros como personas, cuando hacemos un negocio, formamos un equipo, nos asociamos con aquellas con las que nos identificamos, nos caen bien, confiamos, lo mismo pasa entre las marcas y los consumidores.
Para desarrollar una personalidad hay 4 elementos básicos que la conforman:
Identidad. Debemos empezar con un rostro, la identidad de la marca. Para generar esa recordación, esa personalidad, todo, absolutamente todo, debe tener una misma identidad, un color, un símbolo, una misma tipografía.
Estilo. Es importante definir un estilo para tu marca (divertido, atrevido, preocupado, educado, etc.), y mantenerte en esa línea, de tal forma que el consumidor pueda identificarse con ello.
Independencia. Cuando veo Televisa o Tv Azteca no espero ver a sus dueños, actuando en las novelas, dando las noticias o entrevistando artistas. Es básico que la marca, trascienda a través de las personas, solo así el mensaje podrá amplificarse y estará 24/7 comunicando su personalidad.
Autenticidad. Como en cualquier persona, no es bueno fingir ser alguien más con la intención de caerle bien a todos, eso no va a ser posible, ahí tenemos la marca del América, tal vez millones de personas la odien, sin embargo es auténtica, y otros millones más la aman, es importante que la marca sea ella misma, será mucho más cómodo comunicarse, más fácil reflejar su valor de marca y su acercamiento con sus consumidores.
Esta personalidad se va fortaleciendo con el tiempo y puede cambiar, debido a un cambio de imagen, a la introducción de un nuevo producto, para ello, ese cambio debe medirse, evaluarse, de tal forma que no vaya a afectar tu credibilidad como marca. Sea cual sea la personalidad de tu marca, siempre debes cuidar su credibilidad.
El carisma en la personalidad de la marca lo es todo. Aquellas marcas carismáticas, llevan su vida cuesta abajo, con participaciones de mercado mayores al 40%, incluso con precios más altos que la competencia, ¿Por qué? Por el simple hecho de que su personalidad hace “rapport“ con sus clientes, es inspiradora y habla tu mismo idioma.
Busquemos eso con nuestras marcas, no imitemos a los grandes, seamos grandes.