Una estrategia de marketing se establece con base en el logro de propósitos específicos, y la múltiple toma de decisiones tiene un impacto fundamental a nivel organizacional.
Los valores de la marca son recursos que deben considerarse en el desarrollo de estrategias para cumplir objetivos, porque se reflejarán en las decisiones de los profesionales encargados de los conceptos que darán impulso a las marcas para conectar con el consumidor.
Por ejemplo, una marca que se encuentra en la industria del fast food retail puede tener como principal objetivo satisfacer la necesidad de alimentación de su consumidor, pero en otro sentido, uno de sus objetivos podría ser también un logro específico como vender 10 mil paquetes especiales durante un determinado período de tiempo. Otro objetivo a modo de ejemplo, podría ser capturar una mayor participación de mercado en una geografía donde no se cuenta con una amplia presencia debido a que cuenta con pocos puntos de venta.
El establecimiento de objetivos también cumple la función de un satisfacer las demandas del consumidor, y justificar las actividades de la organización. Por tanto, el diseño de estos sistemas influyen en todas las áreas de la empresa y determinan amplias acciones para su logro.
El reto muchas veces para los profesionales de marketing es conocer las metas operativas y estrategias que cuentan otros departamentos como finanzas y el equipo comercial, con la finalidad de establecer negociaciones para obtener el presupuesto adecuado y, asignar recursos y ejecutar las actividades con mayor prioridad, que influyen en mayor importancia, en el logro de los objetivos de la marca que se pretende comercializar.
Especialistas señalan que conectar con otras áreas de la empresa requiere un proceso continuo de negociación y aprendizaje, ya que entender y empatizar con las decisiones de directivos, ejecutivos y otros empleados requiere de una cultura organizacional comprometida con el desarrollo objetivos.
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