Gracias a todos los lectores, pues es gracias a su interés que la motivación existe al momento de escribir.
Por lo anterior decidí ahondar en uno de los párrafos de la pasada participación, para ser específicos, en el que abordé el tema de la inexperiencia del sector, ya sea desde universidades, agencias, consultores y chamanes.
Es importante comprender que un medio tan acelerado y exigente como el de la publicidad, las campañas exitosas tienden a dar crédito y valor a los creadores y las marcas, sin embargo, como hacia precisión la semana pasada, en fechas actuales los paradigmas han cambiado a tal grado de que es el consumidor el que lleva la batuta de la agenda de contenidos, por lo que la investigación 24/7 es una exigencia constante.
VENENO:
La falta de conocimientos teóricos y prácticos, desencadena errores y por tanto costos. Las omisiones son cosa de todos los días productos de la inexperiencia, por ejemplo, en el BTL la falta de gestión de permisos, la generación de contratos y la entrega de resultados.
El efecto dominó en la actualidad puede ser letal, lo que conocemos como poder viral, es una herramienta que emplean los consumidores, competidores e incluso empleados (caso La Costeña).
La inexperiencia resta credibilidad y coloca en un plano de vulnerabilidad a las agencias y consultores, pues siempre se pedirán trabajo que antecedan y respalden.
VACUNA:
Es importante contar con mentes frescas y sin los vicios propios del gremio, pues además de renovar la cultura de la organización, otorgan posibilidades desde su óptica no tan entrenada.
La inexperiencia en cuestiones publicitarias puede ser evidente, pero las nuevas generaciones han aprendido por la naturaleza de su época a ser sus propios directores de esa campaña consecutiva que hacen para sí mismos, por lo que han aprendido a emplear las tecnologías y plataformas digitales de una manera distinta, con mayor facilidad y rapidez.
La falta de conocimientos permite estar frente a una hoja en blanco, con la opción de capacitarnos en un ramo especial o en actividades particulares, lo cual puede ser rentable al convertirnos en experto en áreas aun vírgenes.
Hace una semana tomé un curso de liderazgo junto con los compañeros de la agencia, lo cual fue una experiencia muy descriptiva para cuestiones directivas, y para comprender que esa lucha que hemos acentuado de jóvenes versus “expertos”, es una rivalidad innecesaria, pues la realidad es que ambos grupos nos necesitamos.
La lección para los que llevan un tiempo en la publicidad es valorar el ímpetu y la cantidad de ideas innovadoras de los jóvenes, mientras que los pequeños de nuevo ingreso, deben de aprender a honrar la trayectoria y el sendero que algunos han hecho para que otros puedan caminar sin tantos tropiezos.
La lección es comprender que al mismo tiempo que somos el veneno, también somos el antídoto, somos sin lugar a dudas, la vacuna.
