En el mundo del retail se llama ‘lineal’ a la medida longitudinal del espacio donde se presentan o exhiben los productos para su venta en el punto de venta. Es decir, todo espacio destinado en un punto de venta a la exposición de productos.
El lineal lo componen las estanterías, las góndolas, los soportes, las vitrinas, las cámaras de los productos congelados, entre otros. Y su principal función radica en:
Atraer la atención del cliente
Por medio de la colocación de los artículos en los distintos muebles de exposición, combinando tamaños, diseños, colores, y material POP en el mismo mueble de exhibición.
Ofrecer el producto
En el momento en que el cliente llega al lugar de exhibición es importante que no haya barreras que obstaculicen la adquisición del producto por parte del cliente. Por ejemplo, una vitrina cerrada que restrinja el acceso al producto es una manera de no cumplir con el objetivo del lineal.
Facilitar la elección
¿Sabías que la decisión final de compra se toma en el punto de venta? Así es. Pero imagina por un momento que de ninguna manera contribuyamos a que suceda eso. Sin duda, sería un gran error por parte del retailer.
En este sentido, se debe buscar la máxima satisfacción del cliente, y ¿cómo?, conociendo sus preferencias, y de esta manera, exhibir en el lineal los productos que demanda el cliente, evitando presentar productos que no son de su interés, y el feedback se verá reflejado en el stock y en el número de ventas no realizadas.
Motivar la compra
Finalmente, como lo mencionamos en el punto anterior, la mayoría de las decisiones de compra se toman en el punto de venta físico. Además, si se cumplen las recomendaciones anteriores es seguro que se lleve a cabo una compra.
Al final, habrá más factores y quizá más sofisticados que promuevan las compras en el punto de venta, pero no hay que dudar la efectividad de esta estrategia.