Hace 10 años creímos en la firme convicción de poder ayudar a hacer un mundo mejor, y más ahora que en realidad el mundo lo necesita, y más si es con lo que mejor sabemos hacer.
En la mercadotecnia como en la publicidad, nos hemos encargado en muchas ocasiones de unificar mensajes, lenguajes y sobre todo, ideas en frases que parecen universales, y no lo son. Mensajes sobre todo en idioma extranjero, suenan “rimbombantes y poderosos”, sin embargo, no siempre funcionan, y más cuando son temas personales como la importancia del cuidado del hogar.
Hoy las comunidades indígenas cada día más marginadas y excluidas del mundo cotidiano, nos hacen pensar que el poder entablar una conversación con ellos, es parte del pasado o de especialistas antropólogos y étnicos. Sin embargo, en nuestro país y en el continente sigue siendo una realidad que encontremos en las grandes ciudades, personas que hablan un dialecto como si fuese un idioma oculto.
Y nosotros los profesionales, con el afán de usar el estandarte de “la globalización” y la optimización de presupuestos de ejecución, perdemos un poco la línea de comunicación y, sobre todo, la oportunidad de entablar conversaciones a otro nivel desde las raíces de los demás como es su propio lenguaje.
¿Pero cómo empezar una conversación?
En mi opinión, el paso número uno es hablar como ellos y no al revés, crear empatía, ser parte de las comunidades a abordar, lo demás como el dialogo o entendimiento, viene después.
Por ejemplo, para hablar de temas de cuidado del hogar y personal, en espacios donde la limpieza dista mucho de lo cotidiano para los que vivimos en una ciudad, debemos entender cómo visualizan y entienden la limpieza en sus hogares, suena lógico, pero va mucho más allá de eso. Es entenderlos desde su raíz y desarrollar puntos de despegue en la conversación más profundos como tradiciones, creencias religiosas, entre otras cosas.
Tal es es caso de la profundidad que hablamos que al buscar ser empáticos con ellos, logras sensibilizarlos y demostrar su agradecimiento más profundo, llegando a reconocerte como parte de ellos y otorgándote distintivos como el Bastón de Leyes, por haberlos escuchado y trabajado para ellos.
Todavía no estamos maduros como sociedad para globalizarnos o estandarizarnos en el lenguaje, por más innovador y simple que este sea. La comunicación, en nuestra opinión, debe respetar los orígenes de quiénes nos escuchan o nos leen, y no al revés, el lenguaje, que es lo básico para comunicarnos, debería ser eso, la base para partir o entablar cualquier conversación. En el pasado, parece que esto no importaba y veíamos mucha publicidad con palabras o mensajes en otros idiomas que, en nuestro parecer, entorpece lo que nosotros le llamamos “mantra de las marcas” y más que ayudar, confunde o aleja el apego a la mismas.
Por lo cual, deberíamos reflexionar en qué o cómo podemos hacer la comunicación hacia los escuchas o receptores.
Afortunadamente un pensamiento similar en conjunto con diversas herramientas de comunicación e interacción basada con dichos principios, nos dio la oportunidad de ser galardonados por Sabre Awards Latinoamérica. Demostrando nuevamente la importancia que tienen los origines y la buena comunicación de base.
En conclusión debemos fortalecer nuestros recursos teniendo una empresa multicultural y polifacética. Entender los procesos de comunicación puntuales y las necesidades específicas de las comunidades indígenas da una base solida de transformación, y caminar de la mano con un socio de negocio sólido y con gran ánimo como el que nos acompañó en la campaña, hace que las sonrisas crezcan en todos los niveles y es una gran satisfacción para nosotros.
“Y así nos gusta trabajar, con retos que se vuelvan oportunidades para poder desarrollar nuevos canales de conversación, buscar que la tecnología nos ayude a potencializar nuestras estrategias de comunicación y sobre todo, nos haga vernos diferentes y empáticos al mundo que vivimos”.
“Ahora el reto es más grande”, el reto será seguir ayudando a nuestros clientes con sus productos, marcas e innovaciones en muchos niveles; esto sin perder nuestro mantra al que le llamamos el efecto “Jerry Maguire”, en donde cada cliente es el “más importante” para nosotros.