Redes sociales, sitios web y aplicaciones son algunos de los lugares donde las personas suelen dejar sus datos (sensibles o no) en la actualidad, al par de que dicen “ni que fuera una celebridad para que a alguien le interesen mis registros”. Sin embargo, la relación entre Cambridge Analytica y Facebook que quedó expuesta la semana pasada y causó que muchas personas se replantearan esta actitud. ¿Qué tanto de nosotros queda expuesto en internet? Esta pregunta nos lleva a un término que cada día adquiere más importancia: la huella digital.
Pero, ¿qué es la huella digital? INESEM Revista Digital explica que es el rastro que deja una persona al navegar en internet y al interactuar en el ciberespacio (definición en la que parece coincidir importancia.org). Desde la compras que se realizan en una tienda online hasta los comentarios y las reacciones que se hacen en las redes sociales ayudan a dibujar un retrato digital de una persona.
Precisamente, Internet Society explica que algunas de las fuentes que ayudan a construir esta huella digital, además de las redes sociales las compras en línea, son los dispositivos móviles, puesto que son geolocalizables por medio del GPS, pero también en estos equipos se descargan aplicaciones, las cuales también trabajan, comúnmente, con los datos de las personas.
Muchas veces, las empresas solicitan a las personas por medio de los avisos de privacidad y las condiciones de uso, la identificación (al menos parcial) de la huella digital de las personas con fines mercadotécnicos. Por medio de ella puede se puede realizar una segmentación muy detallada, la cual es de gran utilidad al lanzar, por ejemplo, campañas de remarketing.
Si bien, las empresas regularmente buscan el consentimiento de los usuarios para utilizar parte de su huella digital (puesto que hay datos sensible que por ley no pueden recabar), hay muchas personas en la red que hacen uso malicioso de esta información, por lo que siempre se recomienda que la gente lea los términos y sobre todo que sea bastante cuidadosa con la información que comparta, puesto que, aunque parezca inocua o haya sido borrada de algún sitio, esto no garantiza que no puede ser usada incorrectamente por ciertos individuos.