Las organizaciones son el reflejo de sus líderes, van adquiriendo una personalidad de excelencia, prosperidad, proyección o pereza, sufrimiento y desanimo, que impacta de una u otra manera en el clima corporativo; pues son los líderes los llamados a jalonar el crecimiento de su empresa, pero su comportamiento y comunicación desacertada suelen poner a la empresa en un estado de indefensión: mala reputación, mala comunicación, mal clima laboral y colaboradores profundamente inconformes pero no con la empresa sino con quien la lidera.
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Por consiguiente, se generan escenarios desfavorables que carecen de iniciativas para darle solución a los problemas, lo cual es más notable en medianas y pequeñas organizaciones pues son ellas quienes se ven directamente afectadas en sus finanzas por las decisiones impulsivas de sus líderes, he tenido de cerca a líderes que asesinan sueños y le cierran las puertas a su empresa sólo con su presencia, son tan ciegos y prepotentes que evitan el crecimiento corporativo y el éxito le es esquivo, hasta su vida social se convierte en un tormento personal por el interés de aumentar el mercado de la organización, pero terminan por arruinarlo.
Así, el liderazgo deja de ser una oportunidad de crecimiento conjunto, para convertirse en un tormento inmanejable, abriendo la creencia de que todos tanto colaboradores como clientes están en contra de la organización. Y es donde se da la falla del líder: un ego absoluto y cerrado, donde sólo hay cabida para las opiniones más convenientes, donde no se evidencia que para ser un buen líder primero hay que ser buena persona, el ser es primero y se convierte en un factor determinante en la manera de liderar y llevar a cuesta las riendas de una organización.
No se puede enseñar, formar, transformar al otro desde la excelencia si no se es un buen ser, pues allí no hay un verdadero liderazgo que valore a los miembros de la organización, como verdaderos multiplicadores de la filosofía corporativa.
Aquí tres maneras de combatir las fallas de un líder:
- Comunicación asertiva: la comunicación es una base fundamental a la hora de liderar, no se puede concebir el liderazgo sin la asertividad en lo que se comunica, porque si el líder se equivoca la empresa también lo hace, de ahí que la comunicación debe ser un proceso consciente y fluido; no es decir las cosas por decirlas hay que saberlas decir.
- Ser antes de enseñar a ser: el ser humano siempre ésta en constante aprendizaje y en las organizaciones la experiencia permite moldear la labor del colaborador; de tal modo que el líder debe enseñar y abonar el camino para que el colaborador pueda aprender; pero si quien forma, no tiene carisma, ni una claridad en su metas personales y laborales, vaya problemas que enfrentará; porque primero de se debe ser para transformar.
- La imagen: el ejemplo es la manera más útil de enseñar, proyecte una buena imagen personal que refleje su liderazgo y poder; pero también exíjase para exigir, no pretenda que los demás sean puntuales, activos, serviciales, alegres, comprometidos, si usted no lo es.