Hay una idea muy generalizada acerca del mundo de los negocios que consiste en pensar que las empresas harán lo que sea con tal de vender, de tal modo que la compañía pasa a ser un ente sin escrúpulos. Esta imagen no sólo es muy poco halagadora, sino que puede resultar se muy peligrosa para cualquier organización, ya que por lo normal no compagina con los valores y principios del cliente. Esto termina por convertirse en un gran muro entre ambos. ¿Cómo evitar esto? La respuesta está en la ética de los negocios.
Para muchas personas este término no sólo les parece extraño, sino que les resulta incluso hasta incompatible, debido a que la ética y los negocios se mueven en mundos diametralmente separados. Sin embargo, este concepto toma cada día más fuerza.
Sitios como BBVA Empresas y Contrapeso describen la ética de negocios como la serie de valores, conceptos e ideas sobre los que son comportamientos tanto buenos como malos, tanto al interior de la empresa como hacia el exterior de ella.
Hasta aquí hay que hacer una aclaración muy importante, cuando nos referimos a la ética en los negocios hacia el exterior de la empresa, no sólo incluye a los clientes de la misma, sino también a la sociedad e incluso al medio ambiente en el cual se desarrolla.
El concepto de la ética en los negocios está íntimamente relacionado, de acuerdo con datos de EOI, con lo que actualmente se conocer como ser socialmente responsables, término que surge como una nueva consciencia que toman las empresas respecto a sí mismas y al mundo en el que se desarrollan.
Cabe destacar que más allá del comportamiento general de una empresa o de sus directivos, la ética en los negocios involucra a todos y cada uno de los colaboradores de la compañía en cuestión.