En BTL, la experiencia es clave para conseguir más adeptos. A su vez, para que haya una experiencia de marca tiene que haber una emoción, pero ojo, una emoción no es lo mismo que un sentimiento.
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De acuerdo con Enrique Rojas, director MBA, la emoción es más rápida y efímera que un sentimiento.
En Marketing como en la vida, hay tres sentimientos básicos:
Amor. Para ser una lovemark es necesario vivir un proceso largo, continuo e interaccional. Sin embargo, una vez que el shopper te lleva en su corazón es muy difícil que te cambie por otra marca.
Odio. No es lo mismo estar enojado que odiar a una marca. Cuando un consumidor te odia, simplemente estás borrado del mapa y es difícil que vuelva a ti. Tuviste que haber hecho algo muy malo para disgustar al consumidor.
Indiferencia. No menos fea que el odio, pues ser indiferente es sinónimo de que no existes. No hay posibilidad si quiera de que estés en la mente del shopper.
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