Como todos los años, iniciamos con la cuesta de enero, pero más compleja y difícil que otros años.
Estas fechas se caracterizan por una disminución en el poder adquisitivo de las familias principalmente por el exceso de gasto en las fiestas de fin de año, incremento en tarifas de algunos servicios, pago de impuestos durante el primer mes del año como son el predial o el refrendo o tenencia del auto y en este año se suma el incremento en la gasolina, dentro de algunos otros incrementos.
Históricamente encontramos que siempre enero es uno de los meses en los que se disminuye el gasto de los hogares respecto al resto del año. Por ejemplo, el año pasado las familias gastaron en bienes de consumo masivo -3.0% menos que en un mes promedio. En sí se mantienen los viajes de compra, pero el ticket cae -5% durante el primer mes del año.
Esto se refleja también en los canales que se visitan; se acude más a la tiendita de la esquina, mercados y tianguis, así como a otros canales de cercanía como bodegas, pero canales modernos, donde las compras son más fuertes y planeadas, pierden fuerza en enero.
Para tener una noción de qué tanto cambia el gasto, tomemos en cuenta que de 102 categorías analizadas, el 78% registra un gasto menor al resto del año durante enero.
Ahora que se acaban las fiestas las bebidas alcohólicas, cervezas, frutas y verduras enlatadas pierden el protagonismo del que gozaban en diciembre.
Por el frío de enero y la vuelta a la actividad normal, las categorías que se usaron en vacaciones, como bloqueadores y bronceadores, pierden fuerza; helados y paletas, bebidas en polvo, insecticidas que están más relacionadas con el calor pierden también este mes.
Este mes se realizan compras más básicas. Se reparte distinto el gasto en enero, dando prioridad a categorías básicas y necesarias y destinando menos a prescindibles. Es decir, se da prioridad a los productos de alimentos, bebidas y lácteos, mientras que se es más cauto al comprar productos de belleza.
Los niveles socioeconómicos medios son quienes más cambian su forma de comprar, incrementando sus viajes en enero, pero gastando menos en cada uno, lo cual puede ser un reflejo más de que es la clase que muestra siempre mayores variaciones de consumo y seguramente son de los más apremiados en esta época.
No todo es caída, hay categorías propias del clima frío que cobran importancia al iniciar el año, como chocolate de mesa y harinas para atole que gozan de su mejor época.
En alimentos se gasta más en salsa para pastas, empanizadores, pan, café, pastas para sopa, caldos; lo que tienen en común es que se consumen principalmente calientitos o como acompañantes de otra bebida o alimento caliente.
Por reyes crecen las pilas, siendo el mejor mes del año para esta categoría.
Recordemos que hay más gastos administrativos al iniciar el año y que además varios servicios y productos incrementan de precio al iniciar el año.
Para los shoppers es clave planear las compras, ver las mejores opciones para sobrellevar de la mejor manera posible este pesado mes. Para las marcas también es un mes de grandes desafíos. Deben lograr llamar la atención de sus compradores en un entorno donde el precio toma mayor relevancia en la toma de decisiones de los shoppers mexicanos.
Todo esto dentro del contexto actual, seguramente de los inicios de año más complejo en los últimos años…es una cuesta más empinada que la de otros años.