Cuando la gente dice que hay civilizaciones extraterrestres, yo me quedo muy incrédulo. Porque para inventar una sociedad tecnológica, primero se tienen que inventar varios conceptos: el trabajo diario, durante muchas horas al día, por décadas, hecho por cientos de miles de individuos. Esa es la receta para hacer desde las pirámides hasta las naves espaciales. Tiempo y trabajo.
Desde que la cultura existe nuestros ciclos están dominados por ‘el hacer’. Y la crisis que verdaderamente nos está atacando: es más que el virus, el tiempo que se quedó roto. Si ya no salgo a qué horas me levanto, a qué horas como. Si el tiempo está detenido, entonces vivimos en un presente continuo tan, pero tan denso, que el futuro se ve como imposible de concebir.
Y eso es lo que pasa con las prospectivas económicas, no hay manera de predecir cómo va a consumir el mundo el mes que entra, en dos meses y a fin de año. Una vez rotos los ciclos se pierde la periodicidad, los embarques en China se quedaron parados, la producción se detuvo, hay bodegas enteras con estilos, tendencias y gadgets que eran para el 2020, pero… ese año no existió.
Por supuesto es bastante inocente pensar que después, cuando salgamos, el reloj no avanzará otra vez y los ciclos que teníamos organizados por ‘la chamba’ no se reestablecerán pero, a otro ritmo.
El instagram es la nueva XEW
En el mundo del pasado hace 100 años la gente esperaba con ansia, poder todos al mismo tiempo, cada uno en su casa, llegar a oír su programa de radio favorito: era una ocasión única, sólo en ese momento y después se perdía en el éter. Lo curioso es que ahora que todos estamos haciendo ‘lives’ y transmisiones.
Pero envuelta en una mentira más de marketero se piensa que la mejor manera de hacerlo es a través del Instagram… que es exacto como era el radio ‘de antes’. Duración limitada, temporalidad única.
Según el más reciente estudio de Hootsuite de consumo digital en el mundo, en México habemos 84 millones de usuarios de las redes preponderantes Youtube y Facebook. Ésta última donde los lives permanecen y se pueden ver y compartir una y otra vez, es como un secreto culposo pasamos gran parte del tiempo ahí… Pero se ve ‘mejor’ decir que sólo nos interesa Instagram en donde hay tan sólo 24 millones de usuarios mexicano.
¿Por qué elegimos hacer las cosas en una red menor y con mucho mayor reducida capacidad de compra? -tal vez porque esa fugacidad de videos hechos para el que lo vió y el que no, se lo perdió, nos permiten seguir creyendo en la ilusión que nuestro ciclo temporal lleno de fugacidad, inmediatez y urgencia sigue presente.
Aunque sea en los lives que hay que estar cazando en la pantalla incómoda del celular…