No existe marea amable. No existe río inofensivo ¿Será que todos nosotros estamos alineados e un sistema de comunicación efectiva? ¿A un código que determina qué somos y por qué somos como somos? Es cierto, la mayoría de los seres humanos occidentales estamos en el mismo nuevo orden, alineados al mismo sistema que determina y tele dirige nuestras necesidades, deseos, luces y sombras. Somos, entonces, todos lo que pertenecemos.
Pero, ¿Qué pasa con los que no están en este mismo orden? ¿Con los que no pertenecen al mismo sistema? Los que simplemente no están. Millennials, no millennials, tribus urbanas, generaciones, mujeres, hombres o quimeras, todos pertenecemos. Pero existen los que no pertenecen y no escuchan nuestros mensajes. Los no alineados. Los que nunca serán target ni mucho menos un mercado objetivo, ¿Por qué no pertenecen? Porque no quieren pertenecer, porque no escuchan los mismos códigos y no hablan ni entienden nuestro mismo idioma. Son, pues, los que viven no alineados a los mensajes clave y por supuesto no acudirán al llamado a la acción.
¿Cómo atacar y atraer a los no alineados?
Para ellos no existe la mercadotecnia, existe la comunicación lineal y bilateral. Te comunicas con ellos con acciones y hechos. Las experiencias son la pauta creativa.
La vida es lo que pasa en la vida. Sin medios tonos ni intenciones. No los controles ni pretendas seducirlos. La mejor seducción subliminal es la acción de compra.
La pretención es el peor error.
La autenticidad es la mejor decisión.
Los momentos son los condicionadores y compañeros de vida.
La verdad es lo que flota y aquí las marcas son congruentes, contundentes y definitivas.