De acuerdo con Statista, el valor de mercado del Big Data en 2015 fue de 11 mil 957 millones de euros, y se estima que en 2016 sea de 15 mil 732 millones de euros.
En la actualidad, hay que empezar a perderle el temor a los datos que sí se pueden manejar en pro de los objetivos de las marcas. El meollo está en experimentar y en extraer variables necesarias que derivan de una segmentación.
En entrevista, Gabriel Jiménez, consultor en Retail para IBM, comentó que los datos siempre estarán disponibles, la clave es saber analizarlos y no dejarlos almacenados.
Hay que hacer la liga con la tecnología porque a veces los retailers están detenidos en este aspecto.
“No creo que estemos en una era en donde el Big Data esté menospreciado. Al contrario, es muy valioso, pero estamos aprendiendo a pasos poco agigantados”, agregó la vocera de Coca-Cola.
Uno de los primeros pasos es tener claros los objetivos para entonces sí poder hacer experiencias a la medida. En opinión del vocero de IBM, esto ayuda a que las marcas conozcan más al cliente, enriquezcan su información y puedan ofrecer mejores servicios y productos.
La data ayuda a configurar las tiendas físicas y distinguir estrategias con la tienda online, por ejemplo, cuando la marca cuenta con un canal digital”, explicó.