Una de las noticias que avivaron los noticieros y las redes sociales esta mañana del viernes fue la detención del expresidente brasileño Lula da Silva y el allanamiento a su domicilio en busca de pruebas que lo vinculen en las operaciones de corrupción en Petrobras.
Sin duda se trata de una noticia impactante no sólo por los presuntos vínculos de corrupción que tiene este personaje, sino por la manera en que la noticia afecta a la imagen del político. Hablando desde la perspectiva del Marketing Político, construir el personal branding de un representante popular requiere de tiempo y de atención al detalle, pues su figura debe proyectar credibilidad y confianza.
En el caso de Luiz Inacio Lula da Silva, su reputación e imagen intachable están puestas en duda. De ser un político en quien la gente podría confiar para liderar nuevamente el país se convirtió en blanco y protagonista de una investigación por presunta corrupción y lavado de dinero. Un político, cuyo branding se desmoronó en cuestión de segundos.
Al momento, Lula está siendo interrogado y aunque asegura no saber nada del fraude de la mayor empresa de la nación, e insiste que este ataque fue propiciado por sus opositores políticos, -debido a su intención de postularse nuevamente a la presidencia de Brasil-, lo cierto es que su marca personal se ha tambaleado y está sujeta al escrutinio público y judicial.
El dato: Las oficinas de los fiscales federales dieron a conocer que 2 mil millones de dólares entre 2004 y 2014 fueron manejados por la red de corrupción. Se acusa a Lula de tener campañas electorales financiadas por contratos inflados de Petrobras. En Brasil, hay posturas encontradas, por un lado quienes acusan a Lula y, por el otro, la gente que sí lo apoya y manifiesta que este acto es una muestra del miedo que se tiene a que Lula regrese al poder.
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