Al momento de escribir esta columna suenan varias noticias que roban la atención de la gente, como la reforma energética, la liberación de Caro Quintero y la empresa hondureña que obligaba a usar pañal a sus empleados. Aunque algunas de ellas son más relevantes que otras, sin duda todas tienen algo que es lo suficientemente atractivo como para atraer a las audiencias.
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Competencia digital
Pareciera que los hechos noticiosos pudieran ser una competencia desleal de la publicidad, sobre todo para aquellas marcas que pautan en medios de comunicación masiva que manejan contenidos noticiosos, sin embargo, mi opinión es totalmente opuesta y me pongo filosófico y les explico mi punto de vista:
1. Los medios masivos de comunicación atraen con su contenido a las audiencias, es por eso que la mayoría de las veces la publicidad sale sobrando. Debemos de pensar esto antes de pautar en este tipo de medios, no sólo estamos compitiendo con la publicidad de otras marcas sino contra el contenido.
2. Existen noticias con las que no se puede competir, por su importancia y relevancia, en estos casos debemos considerar que básicamente cualquier publicidad no va a resaltar.
Así que tomando en cuenta estos dos puntos propongo que la publicidad debe pensarse y hacerse como una buena noticia, es decir, los discursos comerciales deben transmitir algo tan bueno que logre atraer la atención de la gente, como cualquier otro hecho noticioso. Consideremos que las buenas noticias siempre serán bien aceptadas.
¿Pero qué tenemos que hacer para transmitir buenas noticias? Propongo 3 acciones:
1. Primero debemos ver si tenemos una propuesta de valor lo suficientemente buena como para que sea una buena noticia, si no la tenemos, entonces primero debemos trabajar en tener el mínimo para ofrecer buenas nuevas.
2. El segundo punto a considerar es la creatividad. Los hechos que son cómicos, diferentes o innovadores suelen resaltar y llamar la atención, a la gente le gusta ser sorprendida, siempre y cuando sean respetadas.
3. Debemos de quitar lo que sobra o lo exagerado. Con lo que sobra me refiero a toda esa información que se puede sacrificar, por ejemplo, el listado de todas las sucursales, el listado de todos los clientes, la lista de todos los certificados o premios. Con lo exagerado me refiero a frases trilladas y que ya nadie cree como: “Por primera vez…”; “Por fin lo que estabas buscando…”; “Somos los mejores…” etcétera, etcétera.
Así que más que competir con las buenas noticias habrá de hacer los cambios necesarios para que nuestro mensaje sea una de ellas.