En un esfuerzo transformador por crear un entorno educativo más inclusivo, Kiddi Sin Barreras y Save the Children han logrado un impacto significativo que redefine las posibilidades de aprendizaje para miles de niños en México. La iniciativa ha tendido un puente crucial para comprender y abordar las dificultades de aprendizaje que enfrentan millones de niñas y niños en edad escolar.
La realidad estadística es reveladora: aproximadamente el 7% de los niños en edad escolar, lo que representa cerca de 2.2 millones de pequeños, experimentan desafíos relacionados con alteraciones del lenguaje como la dislexia y la disgrafía. Adicionalmente, el 4% de la población masculina vive con daltonismo, un trastorno visual que complejiza su percepción del mundo.
Erika Cabrera, Directora de Asuntos Científicos de Opella Unidad de Consumo de Sanofi, ha sido enfática en el propósito fundamental de la iniciativa. “Nuestro compromiso va más allá de las estadísticas”, señala.
“Buscamos empoderar a padres y madres, proporcionándoles herramientas para identificar y abordar estas condiciones, garantizando que ningún niño se quede atrás en su desarrollo integral”.
La colaboración ha logrado resultados extraordinarios. Más de 83 mil personas, entre docentes, padres y cuidadores, han sido alcanzados directa e indirectamente por este programa. Más de 51 mil niñas y niños han experimentado un impacto positivo, abriendo nuevos horizontes en su proceso de aprendizaje.
Un momento simbólico de este compromiso fue la entrega de un cheque por 2 millones de pesos a Save the Children, recurso que materializa el profundo compromiso con la transformación educativa. Laura Adriana Nava, Gerente de Alianzas Corporativas de Save the Children, destaca la importancia de este trabajo conjunto para construir un futuro más inclusivo.
La iniciativa Kiddi Sin Barreras se ha convertido en un modelo de intervención temprana, ofreciendo recursos y herramientas que permiten la detección e intervención oportuna de condiciones como la dislexia, la disgrafía y el daltonismo. No se trata solo de identificar desafíos, sino de crear estrategias que permitan a cada niño desarrollar todo su potencial.
Esta labor representa más que una intervención educativa; es un movimiento de esperanza que reafirma el derecho fundamental de cada niño a una educación plena, sin límites y verdaderamente inclusiva. Cada herramienta proporcionada, cada barrera derribada, es un paso hacia un futuro donde la diversidad de aprendizaje no sea un obstáculo, sino una oportunidad de crecimiento y desarrollo.
El compromiso de Kiddi Sin Barreras trasciende los números. Es un testimonio del poder de la colaboración, la comprensión y el apoyo para transformar vidas, uno de niños a la vez.
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