Por la columna anterior, varias personas me enviaron mensajes de felicitación, vi varias veces la colaboración siendo compartida en Facebook y Twitter, a la par de que algunos advirtieron que eso eran un montón de cosas comunes y por tanto un cúmulo de lógica que desde siempre se debe saber.
Cuando escribo supongo que me leen perfiles diversos, pero todos con relación al marketing y la actividad que el se desprende, por lo que intento hablar de manera clara para amateurs, intermedios y para personas cinta negra.
El hecho es que en la actualidad no estamos exentos de ser villanos o víctimas, todos somos cuestionados, sufrimos de bullying y un amplio abuso del tuteo, pues desde que la comunicación se hizo más horizontal, las personas consideran que su opinión es un arma que puede ser expresada bajo cualquier escenario.
Por ejemplo, en los grupos buena onda de algunas profesiones, se realizan acciones como sitios web, blogs, fan page, congresos, foros, talleres y demás actividades. Lo cual permite que las personas puedan profundizar en sus temas de interés.
En ellos he visto cómo existen muchos inconvenientes, muchos por el papel protagónico de los fundadores, por la manera tan relajada de atender las tareas y por último, la manera tan millennials en la que se dirigen.
El punto anterior además de pasar en grupos en los que te puedes salir cuando desees o cuando te falten el respeto, lo peor es que en las agencias estamos teniendo más dificultades para seleccionar personal, debido a que los jóvenes tienen severos problemas para comprender lo que significa jerarquía y autoridad.
Por un lado, lo anterior es alentado por cuestiones sociales, pues desde que los padres decidieron ser amigos para relajar su rol, muchas cosas cambiaron, lo interesante es que en el ambiente laboral, nos topamos con situaciones en donde los practicantes, becados y recién ingresados creen que el contratarlos aceptamos su condiciones, en lugar de adaptarse a las de la agencia.
Es complejo aceptar perfiles que creen que saben todo, que se dirigen a los clientes sin restricciones, que creen que haber salido en un blog o haber realizado algo de chiripa les da prestigio en el mundo de los negocios, es complicado tratar con personas que son impuntuales, dramáticas, exigentes y que consideran que su trabajo es único y por tanto irremplazable.
El tema es que en las agencias se suele subestimar el poder de la administración, por lo que manuales, perfiles y selecciones de personal, inducciones, capacitaciones y sanciones, son dejadas en segundo plano para atender a la actividad central.
El orden es una prioridad para que las cosas fluyan, incluso en los procesos creativos, pues debemos recordar que el marketing también se administra.