Jaguar, marca inglesa de autos de lujo fundada en 1992 por por William Lyons, está en boca de todos debido a su reciente rebranding, el cual ha despertado opiniones encontradas, aunque mayormente en contra de su nueva imagen que abarca desde un cambio en la tipografía de su nombre hasta el retiro del icóncio jaguar de su logotipo, más una campaña que igualmente ha generado debate en redes sociales y medios de comunicación especializados.
Apuesta por los autos eléctricos y bajas ventas.
En febrero de 2021, Jaguar anunció que, dadas las tendencias de consumo de los clientes de la industria automotriz, y en sus objetivos corporativos de contribuir con el planeta, a partir de 2025 su fabricación se volcaría únicamente hacia la producción de carros eléctricos, además de que la compañía espera alcanzar emisiones neutras para el año 2039.
En aquel momento, la marca tenía pensado hacer una inversión importante y a largo plazo, destinada a su estrategia de electrificar sus unidades, la cual estaba planteada en 3 mil millones de dólares, de acuerdo con Bloomberg. Mientras que ese mismo año, la empresa también había reservado cerca de 48 millones de dólares para encarar multas interpuestas por la Unión Europea por falta de cumplimiento de objetivos fiscales fijados en 2020.
Dichas metas, aunadas a una baja en sus ventas en mercados clave, como en Alemania donde, según Statista, la venta de autos pasó de 9,500 en 2018 a 3,198 unidades en 2023, son razones de peso para pensar en un rebranding y con ello volver a posicionarse en el sector automotriz, pero con mensajes y una imagen que atraiga más a las nuevas generaciones.
Rebranding de Jaguar 2024, ¿error o acierto?
Mikel Gómez, diseñador y y director de arte, realizó un análisis del rebranding de Jaguar, desde un punto de vista gráfico, un giro que sigue dando de qué hablar en redes sociales.
Al respecto, Gómez señala que, desde los inicios de Jaguar, la marca ha pasado por varios cambios en su logo, registrando desde 1922 al 2021 un total de nueve cambios en su identidad gráfica, siendo 1957 el año en que integran por primera vez al felino. Y fue en 1982 cuando aparece la silueta del animal sobre el nombre escrito en letras mayúsculas de color verde. Los siguientes ajustes en años posteriores habían sido menos radicales, es decir, solo cambios en el tamaño de la tipografía y líneas que delimitaban la silueta del jaguar.
En cuanto a la palabra Jaguar, Mikel señala que, si bien no está mal del todo el uso de letras mayúsculas y minúsculas, lo que resulta extraño es la justificación que dieron desde el lado de marketing para incluir ambas letras, ya que la explicación fue que “intentaron reforzar aún más la G y la U para que la gente del mercado anglosajón nombrara la marca de forma correcta”, argumento que cataloga como rebuscado.
La mayor polémica se ha dado en el isotipo, es decir, en el jaguar que, en el actual rebranding de la marca, ha desaparecido, al menos del logotipo. Al respecto, Gómez comenta que será hasta el 2 de diciembre cuando la empresa revele si traerá de vuelta al felino o no, y de ser así, cómo será ahora y qué rol jugará en el cambio de identidad gráfica.
Sobre qué podrían llevar los carros ahora que se ha prescindido del jaguar, el experto en diseño explica que podría ser la nueva insignia lanzada con la campaña, la cual incorpora elementos del nombre de la marca, como la “J” y la “R”, aunque mucho más minimalista que la anterior y que, tomando en cuenta la nueva tipografía, empata con el concepto, catalogándolo además como “sencillo y armónico” a la vista por sus líneas geométricas, aunque sin algo concreto qué comunicar al consumidor ni cuenta con el peso suficiente para fortalecer el rebranding.
Algo que destaca del logo es la creación de una tipografía propia, basada en un estilo Sans Serif geométrica que engloba a toda la compañía, es decir, que se traslada también a su sitio web oficial, lo cual lo hace mucho más reconocible. No obstante, enfatiza que se trata de un cambio simple, básico y que llevado a tamaños más grandes puede perder fuerza fácilmente.
Finalmente, Mikel Gómez considera con el actual rebrading de Jaguar se ha traicionado la identidad y esencia de la marca, y es que en la década de los 60 y 70 su objetivo era muy claro: destacar, sin buscar encajar, y con una personalidad arrolladora, sin que le importara lo que hacía la competencia.