La censura en Internet ya está en marcha, no es novedad que se quieran prohibir los memes, cuando Facebook tiene una política de censura desde hace tiempo, lo mismo que los buscadores. Es el terreno indómito de la prohibición, no por ello intocable: vienen por la red.
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Nada de lo que hoy se está volviendo viral es novedad: la censura en Internet existe; algunos consumidores se han querido engañar con el hecho de que en la red todo es libertad, pero es utopía. Hay libertad para sitios pornográficos y de venta de armas, pero en cuanto al uso ciudadano existen muchas restricciones.
Lo que se teme son las leyes en cada país, por ejemplo en México, el temor radica en las reformas de la ley de Telecomunicaciones; esto logró lo que muchos temas no han logrado: que en abril de este año la gente, sobre todo los jóvenes, salieran a las calles a protestar, pues no quieren que se metan con su Twitter ni con su Facebook.
Ahora se trata del no te metas con mi meme, esta frase bien podría leerse y después aparecer en un hashtag convertido a trending topic.
El caso Yahoo
En 1995, David Filo y Jerry Yang crearón Yahoo, cuando el terreno de la red a penas daba inicio; pero entrado el nuevo milenio, el buscador tomó gran relevancia. Su verdadero medidor de fuerza tuvo relación con un sitio de subastas de objetos nazis en Francia, que se anunciaba como advert en el portal de www.yahoo.fr, sin embargo la empresa fue capaz de enfrentar la situación alegando “libre expresión”.
El fenómeno meme
Todo lo que es meme vende y bien, podrías hacer un meme de cualquier frivolidad y habría quien lo replique en Twitter. El asunto de los memes tiene que ver con un traslado de las protestas y el ánimo social que va de lo más intrascendente a lo más político. Ya la gente no se manifiesta en las calles, lo hace en Twitter, en Facebook; se burlan de lo que les desagrada o les parece digno de celebrar a través de memes, está fórmula de diseño rápido que genera comicidad en los sitios.
A los consumidores en redes sociales les preocupa más que su presente y futuro; les indigna más que una ofensa económica de daño a su salario, más que las carencias educativas. El grito que hoy se escucha sin articular, la protesta oculta es: “no te metas con mi meme”
