En Estados Unidos, los servicios de entrega de comestibles se están haciendo más populares. Sus beneficios otorgan al consumidor una conveniencia mayor, que las tiendas físicas no pueden proporcionar.
De acuerdo con el reporte U.S. Grocery Shopping Trends 2018 de FMI, el consumidor promedio visita una tienda de supermercado para comprar comestibles alrededor de 1.6 veces a la semana, y aproximadamente 43 minutos. (Claro, sin incluir el tiempo destinado para ir y regresar de la tienda).
A medida que las compañías minoristas adaptan sus instalaciones para optimizar su experiencia omnicanal, los puntos de recogida funcionan mejor que otros canales de distribución. La competitividad hoy en día se concentra en la entrega de una mejor experiencia de compra. De tal manera que la integración de pedidos comestibles se está convirtiendo en una prioridad para los minoristas de alimentos. Por ejemplo, en la búsqueda de cumplir este objetivo Amazon adquirió Whole Foods Market en 2017, con la finalidad de disminuir sus precios, pero también agilizar su logística.
En este sentido, Instacart, aplicación estadounidense de entrega de comestibles y artículos esenciales para el hogar, es una de las firmas que se ha visto beneficiada del mercado de entrega de comestibles.
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La categoría de alcohol es una de las más importantes para la firma, en el último año la entrega de alcohol alcanzó una cifra de 40 millones de hogares en Estados Unidos. Algunos de sus socios son minoristas como Kroger, Publix, Schnucks, Stater Bros, Total Wine&More, entre otros.
Respecto a la compra de Whole Foods Market por Amazon en 2017, se especuló que Instacard podría verse afectado; sin embargo, su alianza con importantes retailers le ha permitido florecer en un mercado que cada vez recibe más competidores. A finales de 2018, Instacard realizó una alianza con Walmart Canadá para llevar comestibles por primera vez a consumidores de Toronto y Winnipeg.