El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) disminuyó -8.7% durante noviembre del 2016, ubicándose en 84.4, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) que evalúa esta variable de manera conjunta con el Banco de México. Pero, ¿por qué debe importarle a los mercadólogos este dato económico?
Aunque se relacionan, la economía y el marketing pueden llegar a ser realmente contradictorias, mientras la primera tiene una teoría del consumidor en la que éste es un ser sumamente racional que sabe de la restricción de su presupuesto al momento de adquirir un producto, que además analiza la competencia y nunca se deja llevar por las emociones, el marketing le da gran énfasis a lo emocional y se vale de lo aspiracional para vender un producto.
Sin embargo, las marcas al final del día evalúan su éxito dependiendo de los datos duros, de las ventas y del crecimiento general como empresa, pero sobre todo están sujetas a que los consumidores adquieran sus productos y éstos pueden hacerlo si su presupuesto o su acceso al crédito se los permite.
Por ello los indicadores económicos son importantes para los mercadólogos y el Índice de Confianza del Consumidor muestra si los consumidores están dispuestos a adquirir productos y cuáles son los que tienen posibilidades e intención de comprar.
Aunada a la noticia de que el ICC disminuyó se dio a conocer que en cuanto a las posibilidades para efectuar compras de bienes durables, como muebles, televisor, lavadora y otros aparatos electrodomésticos, hay una disminución de -6.4%, es decir un índice de 81.5, por lo que es una noticia poco alentadora para las marcas que se encuentran en este sector.
Y es que, en definitiva, por más que existen en el mercado campañas de marketing sumamente creativas e ingeniosas, si los consumidores no cuentan con el presupuesto para comprar, las marcas no incrementarán sus ventas.