El gigante sueco de muebles IKEA, Ingka Group, anunció a principios de marzo el cierre temporal de sus tiendas y suspendió el abastecimiento en Rusia, sin embargo, decidió que se pagaría a todo el personal afectado, en rublos, hasta agosto; pero ahora el futuro de la compañía ha tomado un rumbo definitivo: despedirá personal, cerrará oficinas y venderá fábricas.
Esto agrega la marca de muebles más grande del mundo a la lista de corporaciones occidentales que abandonan Rusia por completo a medida que la guerra en Ucrania entra en su cuarto mes. IKEA abrió por primera vez en Moscú en 2000, y los funcionarios dieron la bienvenida a “un nuevo período de estabilidad” en el país que presagiaba el crecimiento de una clase media rusa.
Cuando Rusia intensificó su invasión de Ucrania, IKEA y muchos otros cerraron tiendas temporalmente y detuvieron los envíos de suministros. La firma de muebles en paquete plano dijo en ese momento que esto afectó a unos 15 mil empleados. Ahora, como la guerra no muestra signos de terminar, IKEA dijo que “reducirá aún más” su negocio tanto en Rusia como en su aliado Bielorrusia.
Esto incluye el cierre de oficinas en Moscú y Minsk, la reducción de empleos, el cierre permanente de sus 17 tiendas y el intento de vender sus cuatro fábricas. “Desafortunadamente, las circunstancias no han mejorado y la guerra devastadora continúa”, dijo Ikea en un comunicado. “Las empresas y las cadenas de suministro de todo el mundo se han visto muy afectadas y no vemos que sea posible reanudar las operaciones en el corto plazo”.
Para IKEA, Rusia había sido uno de los mercados de más rápido crecimiento. La empresa sueca dio la bienvenida por primera vez a los compradores rusos a una tienda en los suburbios de Moscú en 2000, justo cuando el presidente Vladimir Putin comenzó su primer mandato, y decenas de miles de personas formaron largas filas afuera, con atascos de tráfico por millas.
Esta semana, el holding holandés Ingka, que administra las tiendas rusas IKEA, dijo que vendería el inventario de muebles para el hogar que aún tiene en el país. Ingka, también operador de centros comerciales, hasta ahora ha mantenido abiertos sus centros comerciales de la marca “Mega” en Rusia, diciendo anteriormente que esto era para brindar a las personas acceso a elementos esenciales como alimentos y medicamentos.