Ice Bucket Challenge es la acción viral que ha generado un sinfín de comentarios, tanto negativos como positivas. Todos cuentan, todos traen consigo una gran enseñanza a favor o en contra de la iniciativa, pero lo mejor… puede estar por venir.
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Primero, sigamos el estricto orden del título de esta columna y comencemos por lo bueno. En un principio y en mis propias redes sociales, me pareció una genial idea, después critiqué severamente el gran desperdicio de agua que este movimiento generaba, inmediatamente, investigué más a fondo y lo que encontré me reforzó la genialidad de la acción, por su causa, por su simplicidad y más aún, por su gran efecto viral.
Pero expliquémoslo mejor: todo comenzó con Pete Frates, un ex jugador de béisbol en el Colegio Boston en los Estados Unidos de Norteamérica, quien vive con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) desde el año 2012. Frates creó la idea, lo siguieron otros jugadores de Boston y esto atrajo la atención de los medios masivos, después se propagó y llamó la atención de grandes personalidades como Mark Suckerberg y el propio Bill Gates, quien hasta ideó un instrumento para llevarlo a cabo.
También lo realizaron artistas de TV, de Hollywood y hasta el ex-presidente Bush. En otros países también fue retomado por personalidades y muchas personalidades de medio pelo que aprovecharon su auge para llamar burdamente la atención sin conocer a fondo el fin.
¿Pero por qué es bueno? Pues desde el punto de vista de la comunicación BTL, porque simplemente ha cumplido con sus objetivos: transmitir la existencia de la enfermedad a casi todo el mundo y motivar a la gente a incrementar las contribuciones para el estudio de sus posibles curas.
También, transmitiendo de manera fácil de ejecutar, fácil de comprender y de modo muy sencillo y “simbólico” cómo podemos sentir aunque sea por un par de segundos, la molesta sensación que causa la enfermedad, similar a la caída de un balde de hielos sobre la cabeza. Una forma rápida y viral de expresar empatía cuando se realiza con el corazón y no con ánimo de fama.
Lo Malo: Sus detractores afirman que esa idea “genial” se ha tomado a la ligera. Se han desperdiciado miles de litros de agua cuando podemos usar esa misma agua para ayudar a mucha gente que no la tiene. Bueno, tienen un punto a favor, y justamente ese punto puede ser el detonante para una nueva campaña. He ahí la Oportunidad.
La idea original de “Ice Bucket Challenge” todavía tiene mucho que dar. Puede modificarse para emplearse en pro de nuevas iniciativas sin fines de lucro pero si de ayuda. ¿Qué pasaría si asociación local lo retomara por ejemplo, para ayudar a una comunidad, tirándose una cubeta de agua y donando dos a la gente que lo necesita? O bien, ¿si se creara un nuevo reto para apoyar a enfermos terminales de muchos otros males? ¿para impulsar iniciativas de paz en Gaza? ¿Para una campaña de reciclaje de envases?
En México, ¿qué tal si grabáramos cómo ayudamos a una persona a cruzar la calle, le pagamos un refresco, el boleto del metro, impedimos un acto de corrupción? En fin, hay muchos desafíos en pro de la humanidad y el civismo, tenemos los medios para hacer nuestra comunicación masiva. Podemos empezar por nosotros mismos ¿no creen?