El pasado domingo, la Selección Mexicana de Futbol sorprendió al mundo cuando venció a su similar alemana. Muchas marcas no dudaron en sacar promociones para subirse a la ola de emociones y aprovechar el momento. Sin embargo nadie se anticipó, tristemente, nadie lo vio venir. El hubiera si existe y nos deja una lección.
Es relativamente fácil reaccionar ante un éxito presente, subirse a la avalancha de comunicación que provoca y aprovechar ese impulso como coartada para transmitir un mensaje comercial. Tal fue el caso de la pasada victoria del equipo mexicano, no hubo duda de que se trató de un hecho que provocó inmensa alegría en todos y más por tratarse de un logro único, quizá el más importante de nuestro país en el ámbito del futbol soccer.
Diversos restaurantes salieron prestos a ofrecer descuentos, lo mismo hicieron varias tiendas y muchas marcas que cambiaron su comunicación para adaptarla al logro deportivo. Los patrocinadores y oportunistas, no chistaron en felicitar a la Selección Nacional, cada uno a su estilo y de manera casi siempre improvisada. Sin embargo, casi nadie lo vio venir (exceptuando al Chicharito y a Jeep, patrocinador de la Selección, con un emotivo spot asegurando que el equipo mexicano no llegaría al quinto, sino al séptimo partido). No surgió un “plan B” por si la selección ganaba, la oportunidad se quedó ahí.
Pero vamos más atrás. El patrocinio de la Selección Mexicana de Futbol es el más costoso de México y es también el más importante y relevante. Por ello, cuando se piensa en patrocinar a al equipo mexicano no basta con sólo contemplar el pago por el patrocinio, sino además considerar una partida lo suficientemente importante para aprovechar los derechos que se pagaron con acciones tanto en medios masivos como en el ámbito BTL.
He visto como muchos patrocinadores que después de hacer esa gran inversión de decenas de millones de pesos, pasan desapercibidos o peor aún, por debajo de otras marcas que aun cuando no pagaron derechos, saben aprovechar el entorno que provoca la participación de México en un Mundial de futbol.
Hoy, lo que no se presupuestó y planeó, difícilmente se puede cambiar. Los retornos de inversión comienzan a verse reflejados y los patrocinadores que hicieron bien las cosas (pocos) verán rendir el fruto de su trabajo. Quienes no, habrán tirado su presupuesto por la coladera.
Si tu marca es patrocinadora de la Selección Mexicana, deberás analizar que ROI te dejó, todo lo que se hizo, lo que se pudo implementar y ponerlo todo en la balanza. Si no es patrocinadora, meditar si aprovechaste o no un evento que tuvo a México y al mundo entero enfocado en él. Algo que muy pocos sucesos logran hacer. Una oportunidad que se nos da cada 4 años.