Columnas atrás colaboré respecto a los tipos de perfiles de clientes, sobre la encomienda de nunca hablar mal de ellos debido a que gracias a sus aportes nuestra agencia o actividad profesional se puede realizar, sin embargo, más que un panorama unilateral, debemos de considerar que la actividad publicitaria requiere de diversos actores para su desarrollo, por lo que la sentencia de las entregas anteriores, adquiere sentido siempre y cuando, reconozcamos que el aporte de nuestros clientes es debido también a lo que les ofrecemos a cambio, una transacción en común acuerdo, por lo que no hablamos de favores, sino de compromisos.
Éticamente es prudente manejarnos bajo un esquema en donde cubramos lo que hemos pactado, pero también es importante asegurarnos que de la otra parte se respeten los acuerdos, para ello debemos emplear instrumentos legales, pues con el tiempo existe una lección que se aprende a golpes, se basa en que “incluso nuestra sombra nos puede traicionar, pues depende mucho de la hora del día el lugar que ocupará”.
Sucede también que lo que ofrecemos suele parecer humo, cuando hablamos de publicidad, las personas no se llevan algo voluminoso, si acaso un par de carpetas, usbs y discos con información, fotos, diseños o videos. Por lo que se tiende a cuestionar los resultados, nunca falta el que dice, ¿a poco te voy a pagar por un “disquito”?
Por lo anterior es conveniente ser muy precisos en lo que se esta dispuesto y también ser muy claros en lo que no, las agencias 360 grados, son aquellas que por tal de no dejar vivo un cliente, terminan realizando tamales de manteca, chile y dulce. Mientras que las agencias fufurufas que son disque muy especializadas, se darán el taco más grande posible para solamente atrapar a los que les convienen, ya sea por dinero o por prestigio.
No sé ustedes pero he visto que los trabajos de mercadotecnia son exigidos con prestancia, pero pagados con demora, lo que demuestra que estamos admitiendo supeditar nuestra labor a los antojos de los clientes, sus exigencias son muchas, pero su carácter para liquidar carece de solidez. Lo anterior nos remite a uno de los puntos mencionados, el tema legal, por lo que debemos cobrar mínimamente la mitad por adelantado.
Algunos clientes no pagan, son tan miserables como para demostrar lo poco que valen, después de cumplir sus peticiones te mandan a la fila de espera pues advierten que hay muchas agencias que hacen lo mismo, lo hacen por menos y lo hacen en el horario que ellos deseen.
Ahí esta el problema, en que les conferimos la libertad de denigrarnos, para que además de no pagarnos, tengan al parecer la encomienda de hablar mal de nosotros. Por eso mi exhortación es a hablar mal de esos que no pagan, aunque parezca falta de ética, lo considero más bien como un método de supervivencia, evitando así que otras victimas caigan. Hablemos mal de nuestros clientes, pero solo de los malos, que los buenos hablan de sí mismos y siempre tendrán en cuenta lo que hemos hecho por ellos.