Tener un buen desempeño en el lugar de trabajo, ser productivo, llevar una buena relación laboral con los compañeros y conseguir un crecimiento profesional no solo depende de conocimientos y experiencia. También requiere de habilidades blandas.
También conocidas como soft skills, estas habilidades son una mezcla de competencias sociales, atributos personales, cualidades y actitudes que permiten a las personas desempeñarse adecuadamente en su entorno.
Este tipo de habilidades hoy en día contribuyen significativamente en el logro de metas que, combinando las cualidades técnicas adquiridas durante años de experiencia, permiten que cada persona pueda desenvolverse de una mejor manera en su espacio de trabajo.
Y cuando se es una mujer o hombre con habilidades blandas bien identificadas y sólidas, el liderazgo, confiabilidad, organización, resiliencia, crecimiento profesional y resolución de problemas de manera creativa, son efectos que permean al resto de los miembros de los equipos, y que además tienen un efecto positivo en los resultados previstos.
¿Por qué son importantes las soft skills?
Tener colaboradores con habilidades blandas favorece la creación de ambientes donde predomina la empatía, la comunicación efectiva, el trabajo en equipo, la resolución de conflictos, la creatividad, el liderazgo, la confianza y la proactividad.
Esto, a nivel corporativo, permite que las empresas funcionen mejor, obtengan mejores resultados y cuenten con colaboradores comprometidos, abiertos a escuchar y proponer, y a desarrollar su potencial de una manera libre.
¿Cómo aplicar las habilidades blandas en el trabajo en 2024?
Un estudio realizado por Adobe, LinkedIn y Civitas identificó que los profesionistas que también poseen soft skills tienen salarios iniciales entre 3 y 16 por ciento superiores a los ingresos de aquellos que no han desarrollado dichas aptitudes.
Para que en una empresa exista una cultura organizacional armoniosa y efectiva para todos, Potentor propone 5 maneras de aplicar las habilidades blandas:
1. Ser receptivo a la retroalimentación
La retroalimentación es una herramienta invaluable para el crecimiento personal y profesional. Buscar activamente comentarios de compañeros, supervisores y mentores brinda perspectivas frescas sobre las fortalezas y áreas de mejora. Aprender a recibir críticas constructivas de manera abierta y sin defensas ayuda a identificar oportunidades de crecimiento y a perfeccionar habilidades.
2. Priorizar el trabajo en equipo
Ningún logro significativo se alcanza en solitario. Participar activamente en proyectos grupales permite desarrollar habilidades colaborativas, compartir ideas y aprender de la diversidad de opiniones. Cultivar una comunicación clara y efectiva, así como habilidades de liderazgo, fortalecerá la capacidad para trabajar de manera armoniosa y productiva en equipo.
3. Salir de tu zona de confort
El crecimiento personal y profesional se encuentra fuera de la zona de confort. Aceptar nuevos desafíos y experimentar situaciones desconocidas brinda la oportunidad de expandir habilidades y capacidades. Mantenerse abierto al aprendizaje continuo y abrazar la incertidumbre como una oportunidad para crecer y mejorar.
4. Mantenerse en constante aprendizaje
El aprendizaje no se detiene nunca. Asistir a conferencias, talleres y cursos de formación permite estar al tanto de las últimas tendencias y mejores prácticas en el campo. Además, dedicar tiempo a la lectura de libros y artículos relacionados con el desarrollo personal y profesional proporciona nuevas perspectivas y conocimientos aplicables en el día a día laboral.
5. Ser un modelo a seguir
Las acciones hablan más que las palabras. Ser un ejemplo de las habilidades blandas que se desean ver en los demás inspira a los colegas a desarrollar sus habilidades y muestra un compromiso continuo con el crecimiento y desarrollo personal. Esto beneficia no solo al equipo, sino que también contribuye a crear un entorno laboral positivo y productivo para todos.
