El pasado 23 de junio de 2016, el Reino Unido, compuesto por Irlanda del Norte y Gran Bretaña, tomaron por medio de un referendo una de las decisiones más difícil, complicadas y complejas de Europa: la aprobación del Brexit, por medio del cual dicha nación abandona la Unión Europea después de haber pertenecido a dicha congregación desde 1975. Desde dicha fecha y hasta el pasado 25 de noviembre se llevó a cabo una intensa negociación, la cual ha dado como resultado una propuesta de tratado para definir cuál sería la relación del país con el bloque, después de la separación, lo cual puede tener implicaciones económicas importantes.
“Este es el mejor acuerdo posible y el único posible”, comentó Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, después de que los 27 Estados miembros del bloque aprobaran la propuesta para mantener las relaciones con el Reino Unido, proceso que ha sido descrito por medios como El País como difícil y complejo.
La propuesta de acuerdo tendría un impacto sobre los 50,000 millones de euros que factura el Reino Unido, además de que se espera que haya un acceso privilegiado al mercado europeo, además de una colaboración en temas como la política exterior. Sin embargo, habrá que esperar a conocer cuál fue la postura económica que tendrá Gran Bretaña e Irlanda del Norte con la Unión Europea después de que se concrete la salida del bloque que experimentará el país.
Sea que el parlamento inglés acepte o no la propuesta del Brexit, las perspectivas económicas para el Reino Unido no son nada favorecedoras. De acuerdo con datos de El Mundo, se estima que tan sólo este 2018 el Producto Interno Bruto (PIB) británico se contrajo un dos por ciento, mientras que para 2020 se estima que podía reducirse un -3.3 por ciento.
Se estima que esto puede repercutir en el bolsillo de los hogares ingleses, los cuales perderían hasta mil euros anuales debido a dicha contracción. Esto tendrá un impacto negativo en el consumo, puesto que los ingleses tendrán menos dinero para comprar distintos productos o contratar diversos servicios.